Yeray Pescador es un joven burgalés que recientemente ha retornado a su tierra y se ha beneficiado para ello del programa Pasaporte de Vuelta que desarrolla la Consejería de la Presidencia de la Junta de Castilla y León.
Yeray estuvo trabajando en Holanda y Alemania entre 2018 y 2020 como ingeniero mecánico en dos importantes empresas del sector industrial y el de automoción. La experiencia, según nos cuenta, fue muy satisfactoria. “Fui con la mentalidad abierta y con la intención de perfeccionar el idioma. También quería ver cómo trabajaban en otros países y la verdad es que fue muy bien, me acogieron bien. Obviamente, es un trabajo, tiene todos sus pros y sus contras, como todos, pero en general muy contento de haber estado allí y de haber vivido la experiencia”. De todas formas, el mismo reconoce que “me fui con la intención de regresar” y la pandemia fue un poco el detonante.
Después de trabajar en las oficinas que la multinacional Hyva de fabricación de cilindros hidráulicos tiene a medio camino entre La Haya y Ámsterdam, Yeray se marchó a Múnich donde estuvo en una empresa japonesa del sector de los componentes para automoción.
De su experiencia en el mundo profesional holandés y alemán destaca la mentalidad más de colectivo que hay allí. “Yo diría que ellos piensan que, si le va bien al de al lado, me va a ir bien a mí, e incluso que, si le va bien a otra empresa, a la larga me irá bien a mí. Es un colectivo”, señala.
Al mismo tiempo, apreció el orden y la buena organización que había en las empresas en las que estuvo, el respeto a los horarios del trabajador y las ayudas que tienen, ya sea para la conciliación familiar o para los trabajadores de mayor edad.
Respecto a la preparación técnica, Yeray no encontró ninguna diferencia entre los profesionales españoles y los de allí. De hecho, considera que “es una pena que nos formen tan bien aquí y nos tengamos que marchar. Eso da un poco de pena, sobre todo en Castilla y León, que se nos marchan no solo al extranjero sino también a otras comunidades autónomas”.
Otro aspecto que destaca es la facilidad con la que los jóvenes pueden encontrar trabajo. De manera muy gráfica, Yeray afirma que “es más fácil encontrar trabajo que casa”. “Allí, por ejemplo, tienen unos periodos de prácticas más largos, pero los salarios son buenos y, aun estando de prácticas, te puedes permitir ser independiente. El paro juvenil prácticamente no existe y desde muy pronto los jóvenes tienen oportunidades”.
La situación de Yeray era buena, pero en su cabeza nunca dejó de pensar en regresar a su tierra. “Mira, vino la pandemia y eso fue un detonante. Yo ya tenía en la cabeza que podría retornar porque todavía soy joven y si la cosa va mal siempre puedo volver a salir al extranjero, a Alemania o a Holanda, porque es muy fácil encontrar trabajo allí. Así que dije, voy a intentarlo ahora que con la pandemia casi que vamos a empezar de cero, porque quiero estar cerca de mi familia, de mis valores, de Castilla y León, porque si no vuelvo ahora, luego me va a costar más o ya me voy a asentar en el extranjero. Y fuera, pues no estás en casa, no estás con tu familia”.
En esta situación, Yeray se lanzó a retornar a Castilla y León y una vez instalado en la Comunidad conoció, un poco por casualidad a través de internet, la existencia del programa Pasaporte de Vuelta. “Lo vi en 2020, cuando ya estaba aquí, y se me pasó una convocatoria, pero luego lo volvieron a convocar y me presenté”.
Yeray tiene claro que “la iniciativa es positiva, la verdad. Es muy útil para animar a la gente a que retorne a Castilla y León, sobre todo aquellas personas, especialmente jóvenes, que no llevan mucho tiempo en el extranjero, no tienen todavía nada que les ate al país de emigración y quieren regresar a su tierra”.
Por otro lado, destaca la comunidad que se ha creado entre quienes han participado en el programa Pasaporte de Vuelta. “Somos como una comunidad de gente que ha estado en el extranjero, se ha ido con la iniciativa de mejorar su vida o de aprender algo o cualquier motivación y luego ha tenido una segunda motivación para volver. Esa gente realmente tiene talento o apuesta por todavía mejorar. Quiere volver a su casa por lo que sea y le ha echado una doble valentía”.
En su opinión “esa gente tiene mucho que decir y se podría hacer una comunidad o algo. Son gente que se ha puesto en la perspectiva de otro país y eso al final te puede dar ideas, te puede ayudar a tomar mejores decisiones. Eso me parece importante. Cuando vuelves te das cuenta que has visto otra cosa, aunque no sea muy diferente en mi caso que no salí de Europa. Pero hay gente que ha estado en países muy remotos, como Sudamérica o Japón y que tienen una perspectiva totalmente distinta”.
Yeray Pescador regresó a Los Balbases, su localidad natal, y ahora mismo trabaja en la Universidad de Burgos llevando un programa europeo de emprendimiento. Tras unos años en el extranjero tiene claro que ahora quiere aportar su experiencia al desarrollo de su tierra de origen. Y ese tránsito de regreso lo realizó con la ayuda del programa Pasaporte de Vuelta.
Muy buena nota, es importante compartir experiencias como esta y volver a la patria con las ganas de aportar lo vivido.
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