Nunca se había visto nada igual, aunque no era difícil de prever. Y no por el cambio de escaño propiciado por el voto del exterior a favor del Partido Popular en detrimento del PSOE, sino por el revuelo mediático sin precedentes que dicha circunstancia ha provocado en España en torno al voto de la emigración.
La noche del 23 de julio ya se intuía que el último escaño de Madrid, logrado por los socialistas, estaba en el alero. Una diferencia de 1.749 sufragios respecto al PP, que sería casi insalvable en cualquier otra circunscripción, en la madrileña era bien posible remontarla gracias al voto exterior.
Casi desde esa misma noche, tanto los partidos como, especialmente, los medios de comunicación se lanzaron a informar sobre la importancia que iba a tener el voto de los españoles residentes fuera del país.
La cuestión es que el cambio de ese diputado iba a dificultar la investidura de Pedro Sánchez ya que si los populares sumaban el escaño número 16 por Madrid y dejaban a los socialistas en 10, la suma de PP, Vox, Coalición Canaria y UPN llegaría a los 172 diputados y PSOE, Sumar, ERC, Bildu, PNV y BNG 171, por lo que Junts, el partido de Puigdemont, tendría la llave para hacer presidente a Sánchez.
Con la anterior legislación, el voto exterior se contaba el miércoles posterior a la jornada electoral por lo que los medios de comunicación no tenían mucho tiempo para hacer cábalas sobre la influencia de los sufragios de la emigración.
Pero ahora, el escrutinio se hace el quinto día posterior a la jornada de votación, el viernes siguiente, y dada la importancia de ese escaño, la repercusión del voto exterior alcanzó durante casi una semana una dimensión sin precedentes en España.
Prácticamente todos los medios de comunicación, escritos, radiofónicos o televisivos y las redes sociales (el hastag #CERA fue trending topic en twitter en España ese día), dedicaron amplios espacios a hablar del sistema de voto de los españoles en el exterior, aunque no de sus preocupaciones, y el escrutinio fue seguido en toda España casi en directo. Y no solo en Madrid, Girona o Cantabria, los lugares donde había posibilidades reales de que variase el reparte de escaños, en los tres a favor del PP, sino en todas las juntas electorales provinciales. Incluso en alguna se retransmitió en directo por televisión el conteo de los votos. Algo inaudito.
Finalmente, cerca de la medianoche del 28 de julio, se conoció el resultado: el PP lograba su diputado número 16 por Madrid, y Carlos García Adanero, exdiputado de UPN, entraba en el Congreso del que salía el socialista Javier Rodríguez Palacios que perdía un escaño, el número 11 del PSOE, que le había durado unos escasos seis días. De todos modos, el PSOE solicitó la revisión de los 30.000 votos nulos de la circunscripción madrileña, voto exterior y voto de los residentes, aunque la Junta Electoral Provincial rechazó la reclamación que ha sido elevada a la Junta Electoral Central.
El PP logró en Madrid un resultado totalmente espectacular al obtener 19.006 votos de los residentes en el exterior, el 43% de los 44.250 válidos escrutados, por 10.411 de los socialistas, el 23,5%. Esta amplia diferencia de casi 9.000 papeletas, veinte puntos porcentuales y superior en número de votos a la registrada entre ambos partidos en las elecciones autonómicas del 28 de mayo, propició el cambio de escaño.
El PP logró en Madrid un resultado totalmente espectacular al obtener 19.006 votos de los residentes en el exterior, el 43% de los 44.250 sufragios válidos escrutados, por 10.411 de los socialistas, el 23,5%
Cabe recordar que para que los de Feijóo lograsen esta acta tenían que obtener una diferencia de votos con el PSOE superior a 1.749 más 1,45 votos por cada papeleta de los socialistas. Y lo consiguieron ampliamente, con un margen de 2.162 votos ya que lograron 19.006 y les hubiese llegado con 16.844.
Este cambio de escaño supone que, para ser investido presidente, Pedro Sánchez necesitará el sí de Junts o al menos el de 2 de los 7 diputados con los que el partido del ex president de la Generalitat de Cataluña fugado de la Justicia española, Carles Puigdemont, cuenta en el Congreso y la abstención de los otros 5. PP (137), Vox (33), Coalición Canaria (1) y UPN (1) suman 172 escaños y PSOE (121), Sumar (31), ERC (7), Bildu (6), PNV (5) y BNG (1) 171, por lo que Junts tiene la llave para hacer presidente a Pedro Sánchez.
En cuanto a las posibilidades de cambios de escaños a favor del PP en Cantabria y Girona, finalmente no se produjeron.
No ha sido extraño que los populares hayan obtenido un resultado tan bueno entre la emigración. Su candidato, Alberto Núñez Feijóo, es de sobra conocido y querido entre los residentes ausentes al haber visitado a la colectividad en numerosas ocasiones, tanto la gallega como la española, como presidente de la Xunta y al haber impulsado desde ese cargo numerosas medidas a favor de la diáspora.
Por su parte, los socialistas no han sabido sacar provecho a dos cambios legislativos especialmente favorables para los españoles en el exterior que se han producido durante el mandato de Pedro Sánchez, como son el cambio del sistema de votación con la eliminación del voto rogado y la apertura de una nueva vía temporal de acceso a la nacionalidad para los descendientes de emigrantes contenida en la Ley de Memoria Democrática.
Mientras el PSOE se ha mantenido en unos niveles de apoyo similares a los de noviembre de 2019, el Partido Popular ha subido más de diez puntos en prácticamente todas las comunidades, en algunas como Asturias hasta 17 puntos
Sin embargo, parece que estas medidas no han sido suficientes. Quizás haya faltado una mayor cercanía de los dirigentes del Gobierno y del PSOE hacia la colectividad en el extranjero. Cabe recordar que ni el presidente del Gobierno ni el ministro responsable de la política de emigración, José Luis Escrivá, realizaron visita específica alguna a los españoles en el exterior. Y tampoco se puede decir que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones haya desplegado medida alguna novedosa o atractiva hacia la ciudadanía española que vive fuera del país.
En cuanto a los resultados por autonomías y provincias, como resumen de los datos contenidos en las tablas, cabe destacar que mientras el PSOE se ha mantenido en unos niveles de apoyo similares a los de noviembre de 2019, el Partido Popular ha subido más de diez puntos en prácticamente todas las comunidades, en algunas como Asturias hasta 17 puntos.
Galicia
Galicia es, junto a Madrid, el bastión del PP en el voto exterior. Los populares lograron nada menos que 13.245 papeletas, el 45,2% del total de votos válidos, aumentando su apoyo en 15 puntos respecto a las generales de noviembre de 2019 y con más de 20 puntos de diferencia con el PSOE, que se tuvo que conformar con el 24,9% de los sufragios, 7.281. La participación de los gallegos residentes en el extranjero, la colectividad más numerosa fuera de España con 472.141 censados, alcanzó el 6,3%, 29.818 papeletas, tres puntos más que hace cuatro años. Está claro que algo habrán influido en estos resultados las políticas a favor de la emigración desarrolladas por Alberto Núñez Feijóo desde la Xunta.
Actualmente, el volumen de voto total no es tan grande y pudiera parecer que no alcanza una influencia destacada. Sin embargo, siempre puede pasar algo como lo que ha sucedido en estas elecciones. Ante resultados ajustados, la variación de un escaño o dos puede tener una relevancia imprevisible.
Para beneficio de la emigración es deseable que, tras esta experiencia, los intereses, preocupaciones, necesidades e inquietudes del colectivo pasen a formar parte de la agenda política, tanto del Gobierno central como de los partidos mayoritario, de forma real y efectiva.
