El lehendakari (presidente del Gobierno del País Vasco), Iñigo Urkullu, presidió el 18 de mayo un Consejo de Gobierno extraordinario, a cuyo término anunció la convocatoria de elecciones autonómicas para el 12 de julio. Julio era la opción preferida, ya que ante un posible rebrote del coronavirus que obligase a cancelarlas de nuevo -como ocurrió con las previstas para el 5 de abril-, aún quedaría la opción de hacerlas en septiembre o incluso hasta el 25 de octubre, fecha en la que acaba la legislatura, explicó Urkullu, aunque aseguró que aun no ha decidido cuál sería la alternativa si un hipotético rebrote de la pandemia impide celebrarlas dentro de dos meses.
El lehendakari aseguró que Euskadi ha “superado la emergencia sanitaria”, que en verano la pandemia tendrá “menos incidencia” y que celebrar los comicios permitirá contar “cuanto antes” con un nuevo Parlamento y Gobierno vascos que “respondan a la prioridad sanitaria y pongan en marcha la recuperación económica y del empleo”. Insistió en justificar su decisión por razones sanitarias, jurídicas y económicas, añadiendo el compromiso de que se desarrollen con “plenas garantías de seguridad para la salud” de los ciudadanos, así como con “todas las garantías para la participación”.
En este sentido, resaltó que “de hecho el Gobierno (de España) coadyuvará” en ámbitos como el voto por correo y en todo lo que dependa del Instituto Nacional de Estadística (INE). En cuanto a la posibilidad de acortar la campaña electoral, como en las generales, Urkullu recordó que corresponde a los partidos acordar cómo quieren que sea esta campaña.