Un empresario textil adquiere la sede central de Casa de Galicia de Montevideo

La colectividad gallega en Uruguay pierde el histórico lugar donde se firmó en 1944 la creación del Consello de Galiza

Sede de Casa de Galicia en la principal avenida de Montevideo.

Una triste jornada para la colectividad gallega de Uruguay fue la del lunes 20 de junio con la subasta de tres policlínicas y de la sede central de Casa de Galicia de Montevideo, donde el 15 de noviembre de 1944 se firmó el histórico documento de constitución del Consello de Galiza.

Ese día se subastaron cuatro de las cinco propiedades que el síndico Fernando Cabrera puso en manos de la casa de remates Bavastro como forma de conseguir el dinero suficiente para hacer frente a las deudas de Casa de Galicia, entre ellas los salarios sin abonar a su personal.

La policlínica José María Barreiro del Cerro de Montevideo, se presentó con un valor base de 85.000 dólares y la institución de asistencia médica CASMU la adquirió por 180.000, explicando su presidente que allí se instalará un sanatorio para la populosa barriada, donde también hay un cruceiro gallego en la que fuera la sede del club Porto do Son.

Luego, el martillo se bajó para la policlínica Pontevedra en el balneario canario de Lagomar, la que salió a la venta con una base de 185.000 dólares, pero fue rematada por inversores privados para otra institución médica, Cosem, en 500.000 dólares.

La policlínica Lugo, en el coqueto barrio de Carrasco, fue adquirida por empresarios privados que la utilizarán para rentas, en una puja que elevó su base de 630.000 dólares a un 1,7 millones.

En tanto la sede central de Casa de Galicia, con su fachada con los escudos de las provincias gallegas sobre la principal avenida de Montevideo, fue adquirida por un empresario de la industria textil uruguaya quien pagó un 1,7 millones de dólares por el local de cinco plantas que había salido a remate con una base de 875.000 dólares.

Allí quedará la historia del siglo pasado, cuando el 15 de noviembre de 1944, Antonio Alonso Ríos, Elpidio Villaverde Rey, Ramón Suárez Picallo y el propio Alfonso Rodríguez Castelao firmaron el histórico documento de constitución del Consello de Galiza.

Los esfuerzos de los directivos de A Casa de Galicia, la institución creada para recuperar el patrimonio de la mutua gallega, les llevaron a mantener una reunión con el director general de la Comisión del Patrimonio del Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay, arquitecto William Rey, para concienciarlo de la importancia de esta sede para la colectividad gallega.

“Nuestra intención era que se declarara a la sede social de Casa de Galicia de interés histórico, teniendo así mejores expectativas de poder conservarla”, aseguró su directiva en una charla con sus socios.

Sin embargo, los presididos por Ismael Martínez, informaron que “lamentablemente el arquitecto Rey se reunió con el juez Leonardo Méndez, quien le indicó que dicha declaración perjudicaría en gran forma la causa que se tramita en su juzgado, lo que desalentó dicha declaración”, primando el interés económico por el histórico.

La nota discordante de éste exitoso remate, a nivel económico según el síndico, es que la policlínica de la calle Colonia, con base en casi 1,3 millones de dólares, quedó vacante, por lo que se verá si en un futuro se reduce la base para conseguir ofertantes.

En septiembre habrá otra subasta con tres propiedades que no han sido publicadas aún, entre las que estaría la policlínica no inaugurada del barrio La Blanqueada.

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