Ufarte, el “espanhol” que pudo haber sido el recambio de Garrincha

Nació en Pontevedra y emigró a Río de Janeiro a los 12 años / Sobresalió en el Flamengo y la Federación Brasileña intentó que se nacionalizara y jugase con Brasil / Retornó a España y triunfó en el Atlético de Madrid

Ufarte (abajo, el primero por la izda), en una alineación del Flamengo de 1963.
Ufarte, con la camiseta del Atlético.
Alineación parcial del Atlético en octubre de 1971. Ufarte y Becerra son el primero y el último, respectivamente.

Entre los años 50 y 60 del siglo pasado, cuando el fútbol brasileño estaba a años luz  de cualquier otro, con Pelé y Garrincha como máximos dioses, y ningún europeo –mucho menos un español– podía soñar en jugar allí, ni siquiera como comparsa, un gallego de Pontevedra llegó a triunfar en el Flamengo –el club más popular del país–, hasta el punto de que varios directivos de la federación nacional de fútbol le sugirieron que se nacionalizara brasileño con la esperanza de que se convirtiese en el recambio de Garrincha, que mostraba ya cierta decadencia.

José Armando Ufarte Ventoso nació en Pontevedra el 17 de mayo de 1941, en plena posguerra, en una época muy complicada, con el país destruido por los efectos de la contienda. Su alumbramiento tuvo lugar junto al campo de Pasarón, como si estuviera predestinado a ser futbolista. Se inició a los nueve años en el Club Deportivo Peti Lérez y al cumplir los trece pasó al Pontevedra infantil, en el que destacó por su capacidad goleadora.

En junio de 1955, emigró con su madre y sus hermanos a Río de Janeiro, donde ya estaba su padre desde hacía dos años. José acababa de cumplir los catorce. Allí se vio obligado a colaborar en el taller de automóviles de su progenitor, pero se las arregló para seguir jugando al fútbol, que practicaba descalzo en las playas de Río (verdadera cuna de la escuela brasileña), donde no pasó inadvertido.

Con solo quince años, el Flamengo lo sometió a una prueba de ingreso que superó con holgura. Tras dos años en el conjunto juvenil, a los diecisiete pasó a formar parte del equipo B, que jugaba en segunda división, en el que coincidió con el mítico Gerson, “la zurda de oro”, uno de los estandartes del Brasil de Pelé campeón del mundo en México en 1970, considerada la mejor selección de todos los tiempos. Luego volvería a coincidir con él en el primer equipo.

A los veinte años le traspasaron al Corinthias, donde jugó siempre de titular. En la temporada 1962-63 volvió al Flamengo. Por entonces ya le apodaban «O Espanhol”. Nunca quiso renunciar a la nacionalidad española, a pesar de que llegó a integrar la selección carioca de Río de Janeiro (junto a Brito o Carlos Alberto, capitán de Brasil en México 70) y de que su nombre sonó con fuerza para la brasileña, hasta el punto de que varios dirigentes de la Federación Brasileña de Fútbol le sugirieron repetidamente que se hiciera súbdito brasileño.

Ufarte deslumbró en el Flamengo, donde el técnico Flávio Costa –el seleccionador del Brasil que perdió la final de la Copa del Mundo de 1950, en el fatídico “Maracanazo”– le hizo titular, y se convirtió enseguida en un fijo en las alineaciones. Disputó 106 partidos , marcó 16 goles y conquistó dos títulos cariocas. Jugó contra Pelé (Santos) y Garrincha (Botafogo). River Plate de Argentina y Millonarios de Colombia –los dos clubes donde había jugado Di Stéfano antes de venir al Real Madrid– intentaron ficharlo, pero el Flamengo se negó a venderlo, y además él quería regresar a España para ser internacional con la “Roja”. Quién sabe, si hubiera aceptado jugar para Brasil a lo mejor habría llegado a ser el recambio de Garrincha.

Fichaje por el Atlético

En 1964, después de una gira con el Flamengo por Europa, en el transcurso de la cual jugó en Valencia y ganó el trofeo Naranja, fue fichado por el Atlético de Madrid. El club del Metropolitano (todavía faltaban dos años para que el estadio fuese trasladado al Manzanares) acreditó su pasado juvenil en la península (condición para jugar como nacional; si no, debía esperar a 1973, cuando se abrieran las puertas a los futbolistas extranjeros). Tenía veintitrés años. Debutó en un amistoso contra el Inter de Milán (2-2) –donde jugaba otro gallego emigrante, Luis Suárez, quien en 1960 había sido Balón de Oro– y se hinchó a ofrecer grandes partidos por la banda derecha.

Con el Atlético consiguió cinco títulos –tres Ligas (1965-66, 1969-70 y 1972-73) y dos Copas  (1965 y 1972)–, aunque no llegó a tiempo a proclamarse campeón intercontinental (el mayor éxito en la historia del club) en 1975. Sí jugó la final de la Copa de Europa que los colchoneros perdieron traumáticamente contra el Bayern de Munich en 1974 (el Atlético disputó la Copa Internacional ante Independiente de Avellaneda porque los alemanes renunciaron a jugarla). En el Atlético, Ufarte acumuló 246 partidos de Liga, 40 de Copa y 36 de competiciones europeas, marcando un total de 33 goles. El Atlético le rindió homenaje el 4 de septiembre de 1974 en un partido en el Calderón contra el Palmeiras de Pereira y Leivinha, que al año siguiente vestirían de colchoneros. Concluyó su carrera como futbolista en el Racing de Santander dos años después.

Luego se hizo entrenador. En 1988 llegó a dirigir durante dos jornadas al primer equipo del Atlético, tras la destitución de César Luis Menotti –campeón del mundo con Argentina en 1978­– y antes de ser cesado él mismo por negarse a acatar las órdenes tácticas de José María Maguregui, que debía hacerse cargo del equipo la temporada siguiente.

Campeón de Europa en 2008 como segundo de Luis

En 1997 entró a formar parte del cuerpo técnico de la Federación Española de Fútbol y fue seleccionador de las categorías sub’16, sub’19, sub’20 y sub’21. Durante esos años se conquistaron siete títulos de Europa y dos del mundo, y por sus manos pasaron jugadores en proyecto como Fernando Torres, Pepe Reina (hijo de Miguel Reina, el también portero con el que llegó a coincidir en el Atlético), Cesc, Sergio Ramos o Iniesta. A este último le dijo cuando lo seleccionó por primera vez: “Chaval, ponte fuerte, porque tú sabes con quince años más de fútbol que muchos que llevan quince años en Primera”. España siempre había sido una máquina de hacer títulos en las categorías inferiores, pero fracasaba con los mayores. Eso cambió en 2008, cuando la absoluta ganó la Eurocopa de Austria. El seleccionador era Luis Aragonés, con el que Ufarte había compartido delantera en el Atlético entre 1964 y 1974, y su ayudante, el propio Ufarte, recién reclamado por Luis para ese puesto.

Becerra, el brasileño hijo de asturiano con melena ‘beatle’

El Atlético de Madrid de la década de 1970 fue llamado el de “los argentinos”, por la cantidad y calidad de los futbolistas originarios de ese país que jugaron en él -Ovejero, Panadero Díaz, Cabrero (que nació en Santander, pero a los cuatro años emigró con su familia a Argentina), Ayala, Heredia, Rubén Cano (hasta Gárate nació circunstancialmente allí)-, sobresalieron también dos brasileños sui géneris por su ascendencia española -Ufarte y Becerra-, además de otros más ‘ortodoxos’: Pereira, Leivinha y Dirceu.

Heraldo Becerra Nunes nació el 21 de abril de 1946 en Saõ Jerónimo, en el estado brasileño de Río Grande do Sul. Su padre era de Trubia (Asturias), dato que resultaría clave para su posterior incorporación al fútbol español, pues hasta 1973 los equipos españoles no podían fichar jugadores extranjeros, pero los que tenían ascendencia española eran considerados “oriundos” y sí podían jugar. Esta curiosa figura fue habitual en la época y no estuvo exenta de picaresca: Valdez (Valencia y Alavés) llegó a ser condenado por fraude a siete meses de prisión menor, aunque después sería indultado por el rey.

Becerra comenzó su carrera en 1966 en el Cruzeiro de Porto Alegre, donde ya destacaba por su habilidad y su velocidad en el ala izquierda. En 1968 se trasladó al fútbol argentino, militando en el Newell Old Boys, hasta que el Atlético de Madrid lo fichó en el verano de 1971. Llegó con su característica melena ‘beatle’ y enseguida cautivó a la hinchada rojiblanca, especialmente en sus tres primeras temporadas (estuvo seis). En la de 1973-74, en la que jugó la final de la Copa de Europa, formó junto a Gárate y Ayala la proverbial delantera de “los tres puñales”. Con el Atlético ganó una Liga (1972-73), dos Copas (1972 y 1976) y una Copa Intercontinental (1975).

Tras tomar Luis Aragonés las riendas del equipo justo después de la fatídica final de la Copa de Europa, Becerra no sintonizó con él y perdiendo poco a poco la titularidad. Descontento, abandonó el club a comienzos de 1977 y regresó a Argentina, en este caso a Boca Juniors. Solo dos meses después, el 14 de marzo, perdió la vida en un trágico accidente de circulación.

Hijo –como se ha dicho– de asturiano, llegó a ser internacional con España en una única ocasión, el 17 de octubre de 1973 en Estambul (Turquía), en un amistoso que acabó con empate a cero.

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