El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunió el pasado 30 de enero con el nuevo presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, a quien trasladó el “firme compromiso político” del Gobierno español con el cambio político que representa su llegada a la presidencia de México y la voluntad de trabajar juntos en la defensa de un proyecto progresista que promueva los derechos humanos, la igualdad de oportunidades, la lucha contra el cambio climático y la justicia social.
“Seamos una alternativa creíble y eficaz a los proyectos xenófobos y excluyentes que apelan al miedo para limitar derechos y frenar el progreso de las sociedades iberoamericanas. Colaboremos juntos para el progreso de la región”, dijo Sánchez a López Obrador.
En su reunión, ambos presidentes repasaron la profunda relación que une a ambos países y adoptaron una Declaración Conjunta que recoge los elementos más relevantes de la relación estratégica entre España y México, y una declaración sobre la participación de España en el Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica.
Por último, los dos intercambiaron impresiones sobre la situación regional, en particular sobre Venezuela y Nicaragua, y el desafío migratorio en América Central.