
Para Aristóteles la virtud de la JUSTICIA consiste en “la moderación según lo dispuesto por la sabiduría”. Platón va mucho mas allá y define a la JUSTICIA como la aglutinadora de todas las virtudes: “…todas las virtudes se basan en la Justicia y la Justicia se basa en la idea del bien, el cual es la armonía del mundo”. Pero resulta que yo no percibo esa “armonía del mundo”. Todo lo contrario. Vuelvo a releer La República de Platón, y un tal Trasímaco me advierte que “la justicia es lo que quieren los fuertes” (o sea, el Gobierno, el Congreso de los Diputados).
Analizo la sentencia que ha dictado la Sección 1ª de la Audiencia Provincial de Sevilla en el caso denominado de los ERE. No es que los políticos condenados se hayan aprovechado de “regalos” de empresarios, sino que se han apropiado de dinero público, ese que nos extraen a todos los españoles bajo la añagaza de “pago de impuestos”, y que aquellos lo dedicaron a la prostitución, drogas, y satisfacción personal, privando a los verdaderos necesitados que recibiesen las ayudas a las que tenían derecho. Por curiosidad repaso los periódicos, los que se autocalifican de “independientes”, y ya barrunto que no hay igualdad en el trato (alguno ni tan siquiera menciona la noticia), porque la mayoría pastan del pesebre de la subvención o del amiguismo. Me voy a las tertulias y a los comentarios de los gobernantes, y prefiero apartar la mirada y el oído, porque sigo, cual Diógenes, preguntando sobre ¿en dónde está la Justicia?
La Justicia es ciega. Y a lo mejor hay que abrirle un tercer ojo, porque el trato desigual, según que el individuo sea más poderoso o menos, según tenga un color u otro, según maneje mejor las redes sociales y los medios de comunicación, es un síntoma de que hace trampa levantando la venda del ojo derecho o del izquierdo, según convenga. Y eso trae malos augurios
¡Qué flaco favor nos están haciendo aquellos “comunicadores”, “gobernantes “seudogobernantes” que no son capaces de comportarse bajo principios de igualdad, templanza, valentía para asumir errores, y prudencia, y para analizar con objetividad lo que está pasando! Los jueces que han dictado la sentencia, lo mismo que la jueza que ha instruido el sumario de los ERE, han sido valientes, prudentes y moderados en sus comportamientos. Esas son las virtudes en la aplicación de la Justicia. Pero la pregunta que nos atormenta es ¿y si esas leyes son las que quieren los más fuertes? De poco vale que haya jueces valientes, prudentes, moderados y justos si las leyes que aplican no son las que emanan de la voluntad del pueblo. ¿Y si resulta que el PUEBLO está adoctrinado y superpone su voluntad al imperio de la ley? ¿Qué queda de la DEMOCRACIA SI NO HAY JUSTICIA? Y sigo preguntándome. ¿Qué es la justicia?