El pleno del Congreso asestó el día 10 la primera gran derrota política al Gobierno al tumbar el real decreto-ley con el que Hacienda pretendía asumir el remanente de los ayuntamientos a cambio de entregarles un fondo de 5.000 millones y que sólo obtuvo el apoyo de las fuerzas del Ejecutivo, PSOE y Unidas Podemos.