El Consejo de Ministros aprobó, en una reunión extraordinaria el pasado 7 de octubre, el anteproyecto de ley de los Presupuestos Generales del Estado para 2022, tras el acuerdo alcanzado entre los socios del Gobierno de coalición, PSOE y Podemos, por el cual los segundos arrancaron a los socialistas la intervención parcial sobre el alquiler de vivienda, obligando a rebajar la renta a los grandes propietarios y el aumento de la carga fiscal hasta un 150% del IBI a los pisos vacíos. Además, el Gobierno incluyó un bono cultural a quienes cumplen los 18 años de 400 euros, que exluye los toros de la oferta.
Las Cuentas recogen una inversión y un gasto social récord con ayuda de los fondos europeos pero también un tope de ingresos por impuestos, mediante la recaudación histórica de IRPF de 100.000 millones de euros, que afectará a las clases medias y supondrá un castigo al ahorro al limitar a 1.500 euros el máximo anual permitido para los planes de pensiones. Y se recoge un tipo mínimo del 15% en el Impuesto sobre Sociedades. La previsión es que los ingresos tributarios crezcan el próximo año un 8,1% tras incrementarse este año un 10,8%.
El Ejecutivo destacó que estos Presupuestos buscan dinamizar y transformar la economía y que la mejora llegue a todos los ciudadanos a través de una dotación histórica para la protección social y la inversión pública. El 54% se dedicará a partidas sociales.
El Gobierno rechazó actualizar su cuadro macroeconómico tras la revisión del INE de los datos del segundo trimestre del año y prevé un crecimiento del 8,6% en 2022. Las cuentas públicas recogen la mayor inversión de la historia -40.000 millones de euros- y el límite de gasto no financiero se sitúa en 196.142 millones de euros, el mayor techo de gasto de la historia.