Tras mantener un despacho con el Rey en el Palacio de la Zarzuela, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareció el pasado 6 de junio en La Moncloa para dar a conocer la composición del Ejecutivo, del que subrayó su preparación y experiencia, su compromiso con la igualdad y su europeísmo.
Los elegidos por Sánchez son Carmen Calvo, como vicepresidenta y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad; Josep Borrell, como ministro de Asuntos Exteriores, de Unión Europea y de Cooperación; Dolores Delgado, ministra de Justicia; Margarita Robles, ministra de Defensa; María Jesús Montero, ministra de Hacienda; Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior; José Luis Ábalos, ministro de Fomento; Isabel Celaá, ministra de Educación y Formación Profesional y portavoz del Gobierno; Magdalena Valerio, ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social; Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo; Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación; Meritxell Batet, ministra de Política Territorial y Función Pública; Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica; Màxim Huerta, ministro de Cultura y Deporte; Nadia Calviño, ministra de Economía y Empresa; Carmen Montón, ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social; y Pedro Duque, ministro de Ciencia, Innovación y Universidades.
Grandes desafíos
El jefe del Ejecutivo afirmó que el Gobierno quiere “ser fiel reflejo de lo mejor de la sociedad a la que aspiramos a servir”, que es paritaria, intergeneracional, abierta al mundo y anclada en la Unión Europa, comprometida socialmente y altamente cualificada. Y explicó que el Gobierno está preparado para abordar los grandes desafíos que se le presentan a España, como la modernización de la economía, con la ciencia como principal motor; la consolidación del actual ritmo de crecimiento; la lucha contra todo tipo de desigualdad; la regeneración democrática y el combate contra la corrupción, y el fortalecimiento del proyecto nacional, “reconociendo la diversidad de su ser”.
Además, defendió que España debe recuperar su papel protagonista en el proyecto europeo, como espacio desde el que dar respuestas efectivas a los retos que tienen las sociedades contemporáneas, entre los que citó la precariedad laboral, el cambio climático, la despoblación, el combate contra el terrorismo internacional y contra el crimen organizado, así como la integración de sociedades plurales y la solidaridad con los refugiados.
Respecto al aumento de carteras, que pasan de trece a diecisiete, el jefe del Ejecutivo lo explicó por cuatro razones. En primer lugar, la recuperación del Ministerio de Cultura, ya que esta -aseguró- es una fuente de riqueza tanto intelectual como económica y de empleo. En segundo lugar, la creación del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, que “visibiliza la potencia industrial” de España y responde a una demanda de muchos sectores productivos. En tercer lugar, la concentración en el Ministerio de Transición Ecológica “de las políticas que construirán un futuro sostenible”. Y, por último, la creación del Ministerio de Ciencia, fusionándolo con Innovación y Universidades.
Reemplazo en Cultura
Precisamente, una de esas carteras -la de Cultura y Deporte- cambió de manos sólo seis días después del nombramiento del Gobierno. El escritor y presentador de televisión, Màxim Huerta, se vio obligado a dimitir el día 13 al conocerse una condena judicial por fraude a Hacienda de 218.000 euros entre los años 2006 y 2008, en los que tributó por sociedades unos ingresos individuales.
Huerta, uno de los elegidos por Sánchez más mediático junto con el astronauta Pedro Duque, se convertía así en el ministro más efímero de la historia. Fue sustituido por José Guirao, un gestor cultural con experiencia y muy reconocido por el sector.
Compromiso con la igualdad y lucha contra la pobreza infantil
Pedro Sánchez subrayó que el nuevo Gobierno “está comprometido con la igualdad de manera inequívoca”: incluye a más mujeres que hombres por primera vez en la historia de la democracia española, otorga el peso de las responsabilidades económica a las mujeres y sitúa las políticas de igualdad a cargo de la vicepresidenta Carmen Calvo. El Ejecutivo, añadió, refleja de esta manera que con las movilizaciones feministas del pasado 8 de marzo “hubo un antes y un después en nuestro país”.
También destacó la creación del Alto Comisionado de lucha contra la pobreza infantil, que dependerá directamente de la Presidencia del Gobierno, para movilizar todos los recursos necesarios desde el ámbito público y el privado para acabar con “el duro presente que sufren muchos niños y niñas en un país que crece al 3% pero que no reparte justamente ese crecimiento”.
Por último cabe señalar que el presidente Sánchez se estrenó en el cargo con las recepciones a sus homólogos de Ucrania, Andorra e Irlanda, a los representantes de los agentes sociales con quienes abordó la reforma laboral o las pensiones, entre otros asuntos, y con una reunión privada con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, para explorar posibles alianzas.
Levanta la supervisión financiera de Cataluña
La nueva portavoz del Gobierno y ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, explicó que el Consejo de Ministros abordó, en su primera reunión celebrada el 8 de junio, la culminación del levantamiento de los controles financieros a la Generalitat de Cataluña vinculados al artículo 155 de la Constitución. En concreto, se dieron instrucciones a los bancos para que el nuevo Gobierno autonómico pueda abordar los pagos que le corresponden, “conforme a la ley y de acuerdo a sus competencias”, sin tener que pasar por el control previo que venía realizando el Ministerio de Hacienda.
Celaá manifestó que uno de los grandes objetivos del Ejecutivo es “normalizar institucionalmente el país y por ello hay que abrirse al diálogo”. Posteriormente, otras voces del Ejecutivo y del PSOE apostaron por una reforma de la Constitución y un acercamiento de los políticos presos a Cataluña. Además, Sánchez se reunirá antes del verano con el presidente de la Generalitat, Joaquim Torra.