Pedro Sánchez explora la abstención de ERC, UPN o Cs para ser investido presidente

Los pactos municipales complican aún más las negociaciones con los grupos parlamentarios

Pedro Sánchez saluda al rey durante el encuentro en el que Felipe VI le encargó formar Gobierno.

Los pactos municipales han complicado aún más la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Ahora las opciones son tres: conseguir el apoyo de Navarra Suma; lograr la abstención de ERC o, la más difícil de las tres, obtener un respaldo pasivo o activo de Ciudadanos.

La primera opción se ha reforzado con la consecución de la alcaldía de Pamplona por Navarra Suma al no consumarse el pacto entre PSOE y Bildu, que ha perdido el gobierno municipal. Pero Navarra Suma quiere que los socialistas le franqueen también el gobierno de la Comunidad y no intenten gobernar ellos al frente de una calición social-nacionalista con la abstención de Bildu.

La abstención de ERC en la segunda votación de la investidura parecía muy probable tras la reunión de socialistas y republicanos de la semana pasada, pero se ha complicado tras la decisión del Tribunal Supremo de no permitir a Junqueras recoger su acta de eurodiputado y el pacto PSC-Valls-En Comú que ha permitido a Ada Colau reeditarse como alcaldesa de Barcelona marginando a Ernest Maragall (ERC) pese a haber sido el más votado.

El pacto con Cs, sobre quien se intensificará la presión en los próximos días, supondría anular el plan inicial de gobernabilidad con Unidas Podemos e incluso el respaldo previsto del PNV, ya que Cs es incompatible con ambas formaciones. Parece casi imposible, pero el acuerdo sobre el poder local alcanzado en Castilla-La Mancha entre PSOE y Cs y la posibilidad de que en Aragón Javier Lambán cuente con el apoyo de Cs para mantener la presidencia hace albergar esperanzas en La Moncloa.

Por su parte, Podemos insiste en un Gobierno de coalición con el PSOE siguiendo el modelo de la Comunidad Valenciana, donde la reedición del Pacto del Botànic ha permitido a Ximo Puig volver a gobernar con Compromís y Podemos, que se han hecho con una vicepresidencia cada uno. Pero los socialistas prefieren un gobierno de “cooperación” que no daría carteras a Podemos.

Apoyo explícito del PRC

En la primera ronda de negociaciones con los grupos parlamentarios, Sánchez solo logró sumar el apoyo explícito del Partido Regionalista de Cantabria (PRC), con el que el PSOE firmó un acuerdo que contempla el compromiso del futuro Gobierno de impulsar las infraestructuras en Cantabria y las conexiones ferroviarias de Alta Velocidad de Santander con Madrid y Bilbao, y la mejora de las Cercanías Ferroviarias y de la Red de Carreteras del Estado en esa comunidad. CC anunció que apoyará a Sánchez si Podemos no forma parte del Gobierno, el PNV le comunicó seguirán negociando y Compromís exige una revisión del modelo de financiación autonómica, pero pronostica que el asunto se desbloqueará “antes de agosto”.

El pleno de investidura podría retrasarse hasta la segunda semana de julio, por la agenda internacional de Sánchez, que el 20 y 21 de junio asistirá en Bruselas a la reunión del Consejo de Europa y el 29 a la cumbre del G20 de Japón.

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