Pedro Sánchez aceptó el 11 de diciembre el encargo del Rey para formar Gobierno y se dispone a liderar el primer Ejecutivo de coalición de la democracia tras el acuerdo que tiene cerrado con Podemos. Para ello precisa al menos la abstención de ERC en la votación de investidura, con quien el PSOE viene negociando desde hace semanas.
Felipe VI le hizo este encargo a Sánchez tras la nueva ronda de consultas con los representantes de las fuerzas parlamentarias que llevó a cabo el 10 y el 11 de diciembre. El Rey recibió a 18 formaciones. De la ronda se autodescartaron las soberanistas ERC, CUP, Bildu y BNG, escenificando así su oposición a la Monarquía.
Ahora corresponde a la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, buscar una fecha para que se celebre la votación de investidura, para la que no existe ningún plazo determinado. Todo apunta a que se dejará para después de las vacaciones de Navidad.
Ya son tres las reuniones celebradas entre PSOE y ERC para negociar la abstención de los republicanos. La última, el 10 de diciembre, terminó con la difusión de un comunicado conjunto en el que constatan “avances en la definición de los instrumentos necesarios para encauzar el conflicto político”, que dicen desear abordar “desde el respeto y el reconocimiento institucional mutuo”. Esto supone una mesa de diálogo de igual a igual entre el Gobierno central y el autonómico en la que se pueda explorar la posibilidad de convocar un referéndum de autodeterminación.
Esta mesa ha disparado las alarmas en PP y Cs, pero también en algunos ‘barones’ socialistas, como los presidentes de Aragón, Javier Lambán, y Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que el 10 de diciembre se manifestaron en contra de que la gobernabilidad dependa de ERC.
La abstención de ERC dependerá en buena manera de la decisión del Tribunal de Justicia de la UE sobre la inmunidad parlamentaria de Oriol Junqueras, que se pronunciará el jueves 19 después de que el abogado general de la Unión se inclinara a aceptarla. La resolución puede beneficiar también a Carles Puigdemont, que, en caso de que Junqueras viera reconocida su inmunidad, tendría el aval jurídico para ser eurodiputado y moverse libremente por Europa hasta que la Eurocámara resolviese una petición de suplicatorio del Supremo.
Negociación también con JxCat
Paralelamente, PSOE y JxCat mantuvieron también el 4 de diciembre un primer encuentro para negociar la abstención del segundo. Solo trascendió que volverán a reunirse. La cita coincidió con la presentación en el Parlamento catalán por parte de JxCat de una moción que pide que se constate que se deben promover las iniciativas y los compromisos necesarios para acordar “una solución democrática al conflicto político entre Cataluña y el Estado español, que no puede ser otra que el ejercicio del derecho de autodeterminación a través de un referéndum”.
El secesionismo reclama, además, “gestos” al Gobierno, que ya ha concedido el primero: el presidente del Gobierno en funciones ha incluido al de la Generalitat, Quim Torra, al que había descartado como interlocutor válido después de que no condenara la violencia y agitara las calles tras la sentencia del 1-O, en la ronda de entrevistas que llevará próximamente a cabo con los presidentes autonómicos, pero Torra considera esta gesto insuficiente y exige una reunión bilateral específica.
Reuniones con Casado y Arrimadas
El ya candidato a la presidencia se reunió el lunes 16 con los líderes del PP, Pablo Casado, y Cs. Casado reiteró su no a Sánchez, porque “nadie entendería que el PP facilitase un Gobierno comunista con Podemos”. Arrimadas insistió en un acuerdo alternativo entre su partido y el PP para evitar que la investidura del presidente del Gobierno dependa de ERC.
Además, la portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra, se reunirá a partir del martes 17 con todos los partidos políticos para conseguir la mayoría parlamentaria necesaria, incluidos EH Bildu y Vox, excluidos hasta ahora, pero el partido de Santiago Abascal ya anunció que no acudirá a la cita.