El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acompañado por el ministro de Fomento, José Blanco, y por el presidente de la Generalitat catalana, José Montilla, inauguró el pasado 16 de enero la terminal T1 en el aeropuerto de El Prat de Barcelona, que entró en funcionamiento al día siguiente con un vuelo que llegó de Mallorca. La primera salida fue hacia Madrid. La nueva instalación, diseñada por el arquitecto Ricardo Bofill, tiene una superficie de 544.066 metros cuadrados y una capacidad para absorber más de treinta millones de pasajeros al año. Por tanto, si se suma la capacidad de las dos terminales, la nueva T-1 y la ya existente T-2 , el aeropuerto de Barcelona podrá alcanzar más de cincuenta millones de pasajeros anuales y gozará de una capacidad de noventa operaciones a la hora. El Ministerio de Fomento, a través de Aena, invirtió en la nueva infraestructura un total de 1.258 millones de euros.
La obra conlleva también la creación de 3.000 nuevos empleos directos, que podrán incrementarse en los próximos años y llegar hasta los 40.000 puestos de trabajo directos e indirectos. El presidente del Gobierno se comprometió a que el Ejecutivo tendrá listo antes de que acabe el año el nuevo modelo aeroportuario y a que éste satisfará las “necesidades y ambiciones que legítimamente tiene Cataluña”.
En su intervención, Rodríguez Zapatero afirmó que en un plazo “breve” se pactará la nueva financiación autonómica que servirá para “colmar” las necesidades de Cataluña porque por primera vez recibirá una financiación per cápita por encima de la media del conjunto de España. Esta financiación será “la que necesita Cataluña y la que deseo para Cataluña”, afirmó Zapatero.