Zapatero defiende la inmigración como factor de progreso pero pide control para la irregular

Inauguró con Vicente Fox el primer Encuentro Iberoamericano sobre Migración y Desarrollo

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, junto al presidente mexicano, Vicente Fox, inauguró el primer Encuentro Iberoamericano sobre Migraciones y Desarrollo, en el que el mandatario español exigió la colaboración de los países latinoamericanos para frenar sus oleadas de inmigrantes clandestinos. El jefe del Ejecutivo fue tajante ante los representantes de todos los gobiernos de América Latina: el “punto de partida” de cualquier “proyecto global” sobre migraciones entre las dos orillas del Océano Atlántico pasa por la “lucha contra la inmigración ilegal”.
Una lucha, recordó, que debe iniciarse en los países de origen, “porque la primera víctima de la ilegalidad es el propio inmigrante que se ve condenado a la marginalidad”. Rodríguez Zapatero insistió en reclamar la implicación de los estados de origen de la inmigración para esa política global iberoamericana que acabe con la ilegalidad. “Terminaron ya los tiempos en los que los países de destino podían abrir o cerrar a voluntad sus fronteras y escoger sus políticas de integración”, aseguró.
Por su parte, el presidente mexicano Vicente Fox pronunció un discurso marcado por las reivindicaciones frente a los países desarrollados, pero también con un llamamiento a la unidad entre las dos orillas para hacer de Latinoamérica un referente en el tratamiento de la inmigración en todo el mundo.


Apuesta por explorar fórmulas como visados para búsqueda de empleo

En cuanto a la política española de inmigración, Rodríguez Zapatero señaló que “hemos reformulado nuestras vías de llegada regular, potenciando su agilidad y su adaptación a las necesidades reales tanto de las sociedades de origen, como de destino; pero somos conscientes de que aún queda mucho camino por recorrer”. En este sentido, apuntó que se debe mejorar la Administración en España y en el exterior; así como impulsar y ayudar a las empresas españolas a que sigan las vías de contratación en los países de origen. Además, indicó que “debemos explorar fórmulas innovadoras, como los visados para búsqueda de empleo o algunas formas de inmigración especialmente cualificada”. Sobre la remesas a Latinoamérica (casi seiscientos millones de dólares al año), dijo el presidente que “estamos empeñados en darles un tratamiento beneficioso para los inmigrantes”.