El autobús de cincuenta y cinco plazas esperaba a la puerta de la Casa de Andalucía en Zaragoza a la hora que es costumbre recoger a los viajeros cuando se trata de partir a distancias largas, y esta vez lo era. A las cero horas del día cinco de diciembre, socios y algún simpatizante iniciaron el quinto viaje que la Casa, en consonancia con su Rincón Taurino 'El Mentidero', organiza para visitar las ganaderías de reses bravas de las distintas provincias andaluzas y de paso hacer turismo por las capitales y pueblos en que se encuentran situadas.
Eso sí, a las nueve había que estar en Cañete de las Torres, donde esperaban para degustar un desayuno “molinero”. A la hora señalada la expedición fue recibida por la primera teniente de alcalde, delegada de Cultura, María del Campo Velasco, y el concejal de Festejos, Diego Torralbo, y en su compañía fue a la almazara de la Caja Rural del pueblo, donde su director explicó el proceso de elaboración del preciado líquido.
A continuación, en una de sus bodegas se ofreció un desayuno como requería la ocasión, es decir ,con panecillos con rico aceite, acompañados de naranjas con bacalao, queso, jamón, embutidos y café caliente que era muy bien acogido dado el intenso frio. En el Ayuntamiento y en su Salón de Plenos esperaba el alcalde, Diego Hita, y José María Arilla, vocal de Cultura de la Casa de Andalucía en Zaragoza, que agradeció su hospitalidad y le entregó un recuerdo de la Casa, siendo correspondido por el alcalde con otros regalos y palabras de bienvenida.
El propio mandatario ejerció de guía para visitar el Castillo de Cañete que se encuentra en obras de restauración para transformarlo en hospedería. A la hora de comer hubo reencuentro con viejos amigos, los del grupo rociero 'Alto Guadalquivir', que se volcaron con los viajeros. Para quitar el frío nada mejor que bailar sevillanas y eso es lo que se hizo antes y después la comida. Luego, despedidas emocionadas. Muy entrada la tarde se llegó a la capital para tomar posesión de los aposentos en el hotel.
El día seis, a las diez de la mañana se organizó una visita a la finca Molino Chirrión de Alonso Moreno de la Cova, donde pastan las reses de encaste Urcola con Vega Villar y de Saltillo. Montados en sendos remolques se vieron las vacas, los añojos, utreros, toros y sementales. Tras entregar al mayoral una placa en recuerdo de la visita y un estuche de vino de Cariñena, se partió hacia la cercana ganadería de La Quinta. El sol lucía con todo su esplendor y se pudieron contemplar los amplios campos de naranjos y tierras de cultivo que dominan el paisaje. Recibió a los visitantes el propio ganadero y ex rejoneador Álvaro Martínez Conradi y su familia. Tras contemplar la camada de los santacolomas que pastaba en Fuen la Higuera se pasó a la plaza para presenciar un tentadero formal de dos encastadas becerras que serían lidiadas por el diestro Antonio Hernández Punta. En la casa ganadera se le entregó al propietario una placa, en recuerdo y agradecimiento la visita. La mañana se completaría con una comida en el antiguo Convento Franciscano de Palma del Río que tiene sus orígenes, nada menos que en el año 1492 y que en la actualidad es una esplendida hospedería.
El lunes, día siete, se partió rumbo a la comarca de los Pedroches, concretamente a Pozoblanco, donde espera el veterinario Rafael Ruiz Soria, encargado del mantenimiento de la ganadería de reses bravas del encaste Juan Pedro Domecq, Jaralta. Él mismo explicó la procedencia y características de estas reses y una bonita historia plasmada en un poema escrito por el propio rejoneador Ángel Peralta en la que narra el motivo de ese nombre ganadero fruto de la unión de la flor de la jara y el apellido Peralta. Tras recorrer a pie los cerrados de vacas y toros se recogieron en su amplia plaza de tientas para disfrutar de la suelta de dos becerras con las que disfrutaron los socios de la Casa que se atrevieron a “ponerse delante de ellas”, no pudiendo impedir algún que otro susto o revolcón sin mayor importancia.
Hubo una despedida con agradecimiento por el trato recibido y la entrega a Santiago, el hijo del propietario de la Ganadería de una placa de recuerdo del paso por la finca, además del consiguiente estuche de vino cariñena. Estar en Pozoblanco y no visitar su remozada y tristemente famosa plaza de toros no era de recibo en viaje tan taurino. Por eso, antes de comer paramos en su coso y lo visitaron detenidamente, al igual que su museo.
Antes de la nueve de la mañana del día de la Inmaculada, ocho de diciembre, las campanas de Córdoba recordaban con sus tañidos la celebración de la festividad de la Purísima mientras se iniciaba el viaje hacia la localidad de Zuheros, pueblo natal del Presidente de nuestra Casa de Andalucía en Zaragoza. Nada más arribar fueron recibidos por el primer teniente de alcalde, Emilio Poyato, que los llevó directamente a la famosa Cueva de los Murciélagos. Acabada la excursión y aún sin resuello bajaron al pueblo para pasearlo y contemplar sus calles encaladas, las ruinas de su castillo mudéjar y la iglesia parroquial donde están depositados y son honrados vírgenes y nazarenos que desfilan en su famosa Semana Santa.
Había que reponer fuerzas y que mejor sitio que la Casa de Evaristo Rionda, que es una fabrica-secadero de jamones, embutidos diversos y quesos. Tras una degustación de sus productos, acompañada de buen moriles, fueron directamente a comer. Llegó el momento de la despedida y los miembros de la Junta Directiva de la Casa, José María Arilla, Jesús Gimeno y Ángel Lozano, junto al director de su Rincón Taurino El Mentidero, Fernando Garcia Terrel, se despidieron del concejal que durante toda la mañana les había acompañado entregándole el consabido recuerdo y pronunciándose palabras de cariño y despedida.