Pese a que este año se les vio en menos barrios y pueblos que en años anteriores, por la crisis económica, finalmente los Reyes Magos pudieron llegar a todas las casas y, al parecer, ningún niño se quedó sin regalo. El tiempo los acompañó en sus desfiles por las ciudades y pueblos de España, aunque en la zona cantábrica había amenaza de lluvia, y en el noreste, ráfagas de viento muy fuertes, que no impidieron a los pequeños cazar los caramelos al vuelo.
En la Cabalgata de Madrid, más austera, había una carroza donde los protagonistas fueron chicos con discapacidad intelectual. Antes de que se celebrase, hubo protestas porque algunos distritos dejaron de recibir la visita de sus Majestades de Oriente, lo que, afortunadamente, no significó que los pequeños residentes dejasen de tener sus presentes. La Cabalgata de Barcelona, también con menos presupuesto que en ediciones anteriores, estuvo encabezada por una carroza del Ayuntamiento vestida por el diseñador catalán Custo Dalmau.