Miles de personas tuvieron que permanecer en sus casas.
El fuego se declaró a primera hora de la mañana en la planta décima de la explotación, a unos 550 metros de profundidad, donde trabajaban unos 150 operarios, que fueron evacuados sin que se registraran heridos, al igual que ocurrió en el cercano lavadero de Modesta, en el que se encontraban unos cuarenta trabajadores. El incendio se inició en un tramo de novecientos metros de una cinta de goma, de poco más de un metro de ancho, que a lo largo de 2,5 kilómetros transporta el carbón que se produce en los pozos María Luisa y Sotón hasta las instalaciones del Lavadero Modesta, donde se depura el mineral.
Se instaló un hospital de campaña en el estadio de fútbol de Ganzábal, ubicado en una zona menos afectada por el humo, y donde fueron atendidos la mayor parte de los intoxicados, afectados en su mayor parte por dificultades respiratorias, mareos, vómitos e irritación de ojos. El viento que comenzó a soplar en la zona a partir del mediodía permitió que mejorase la situación al reducirse los índices de monóxido de carbono presentes en el aire, aunque se mantuvo la recomendación a los vecinos de que no saliesen a la calle y que cerrasen las ventanas de sus domicilios. Se evacuaron por completo las calles Claudio Sánchez Albornoz y Torre de Abajo de Ciñao. El humo que se generó obligó además a cerrar la mayoría de los comercios de la zona y generó dificultades en el tráfico a través de la carretera As-17, principal vía de comunicación de la cuenca del Nalón, a la vez que fueron desalojados tres centros educativos y se recomendó a los colegios del vecino municipio de San Martín del Rey Aurelio que los niños no saliesen al recreo esta mañana.
El pozo María Luisa, cuyo yacimiento comenzó a ser explotado en 1858, es uno de los más emblemáticos de Asturias por su historia y por la popular canción que lleva su nombre, alusiva a un accidente laboral y convertida en uno de los himnos del sector minero.
Fuga en Cádiz
La Junta de Andalucía instó a Cepsa a parar temporalmente su actividad en la refinería de San Roque (Cádiz) tras producirse una fuga de azufre, que afectó a la barriada de Puente Mayorga. La fuga dificultó la respiración de algunas personas, situación que se prolongó durante unos treinta minutos.