María José declaró a La Voz de Galicia que “yo pensé que era una broma, pero cuando me enseñaron al inscripción y lo asumí, se me cayó el alma al suelo”.
En concreto, en el Registro Civil consta que María José, nacida en 1979, se había casado en 1985 en la ciudad suiza de Zurich, con el italiano Rocco Copola
Al ser descendiente directa de españoles, María José contó con la nacionalidad de origen. En 1989, su madre solicitó su inscripción en el Registro Civil para formalizar su DNI. Así consta con un cuño del 17 de octubre de 1989 del Registro Civil Central. Entonces no figuraba nada relativo a ningún matrimonio previo, pese a que supuestamente ya se había celebrado en 1985.
Tiempo después aparece otro cuño a nombre de Juan Vicente Gutiérrez Sánchez, del 17 de julio del 2002, en el que se hace una referencia del Consulado español en Zúrich de la página 153 del tomo XXXVI del Registro Civil Consular. Ahí consta inscrito un matrimonio celebrado el 28 de septiembre de 1985. La hipótesis más fiable apunta a que, debido a lo común de sus apellidos, se hayan cruzado los datos de la joven con los de otra mujer llamada María José González Martín.
En el Registro Civil coruñés, el juez le aseguró que la ayudarían y que en una semana se resolvería su caso. “Fue muy atento conmigo, tanto él como toda la gente que estaba allí, que se portaron de maravilla. Me dijo que actuaría lo más rápidamente posible, y también me advirtió que era una suerte que ese supuesto matrimonio se hubiera celebrado siendo menor de edad, porque si no, iba a ser mucho más complicado de resolver”, dijo.
En vista del problema, y siguiendo los consejos del juez, María se puso en contacto con la oficina del colegio de abogados del propio juzgado en busca de una solución. Allí la emplazaron a una consulta en la que se le informó de la posibilidad de solicitar una indemnización por daños morales. “No la he pedido todavía, pero tampoco lo descarto. Ahora estoy a la espera de que esta semana se solucione definitivamente el problema, como me dijo el juez, aunque empiezo a ser pesimista porque no me dan llamado. De todos modos, creo que lo justo sería que me compensasen de algún modo por el daño que me han hecho”, comenta.