El palacio Fernán Núñez acogió la entrega de estos premios que reconocen los trabajos literarios sobre emigración y exilio español, el ministro Gabilondo aseguró que “sin memoria no hay posibilidades para nuestro país”. Los galardones fueron entregados por la Fundación Ideas y el Instituto Ramón Rubial-Españoles en el Mundo, que centra sus actividades en la promoción y defensa de los españoles que residen en el exterior y de los ciudadanos de otras nacionalidades en España, también.
Por su parte, el ex ministro Jesús Caldera dijo que “los españoles llevamos varias cicatrices en el cuerpo, entre ellas, la de la emigración” y añadió que, más que premios, con este certamen, se reconoce un “testimonio permanente” para la historia española.
En conversación con España Exterior, la ganadora del premio dotado con 3.000 euros, María García Campelo, resaltó la sorpresa y la alegría que significaron para ella recibir la noticia de su triunfo en el certamen. “Estoy impresionada por el cariño y la amabilidad con la que me han recibido aquí. Siempre voy a tener en el recuerdo el momento en que me llegó la noticia”.
La obra de García Campelo es autobiográfica. ‘Estuvimos cantando’ narra su historia desde la mirada de una niña que vive en Galicia en el periodo posterior a la Guerra Civil, una época en la que la miseria y la lucha por la supervivencia conviven con el miedo y los silencios forzados.
Por su parte, Dolores Soler-Espiauba Conesa, ganadora del segundo premio, explicó a este medio que “este premio es muy importante para mí porque lleva el nombre de una persona que ha sido siempre un símbolo y que yo conocí a través de la prensa y la televisión. Ramón Rubial representa tanto del pasado de España, la lucha obrera, la lucha socialista del siglo XX”.
Además, Soler quiso destacar la importancia de la emigración en las sociedades. que sigue produciéndose con otras etnias, otros países, otras lenguas, seres que vienen ahora a nosotros cuando hasta hace poco éramos nosotros los que nos marchábamos. No me considero emigrante ni exiliada, pero sí una trasterrada. Y gracias a ese trasterramiento he conocido en Europa a cantidades de emigrantes que con mucha dignidad representaban a nuestro país. He seguido muy de cerca su calvario. Ahora que esto parece que se ha estabilizado, asisto aquí al mismo problema con gente de otras culturas, otros colores. Creo que esa historia debería hacer que no se repitiera aquí cuando vienen personas buscando una vida mejor”.
Soler se quedó con el accésit del certamen, dotado con 1.000 euros, por su relato ‘La novena ola’, también ambientado en Galicia, que cuenta la historia de Fabienne, nieta de exiliados gallegos que viven en Toulouse desde la Guerra Civil Española.