Las cinco personas fallecidas, entre ellas una mujer boliviana, residían habitualmente en Bilbao y Getxo.
Una explosión de gas propano en un edificio residencial de la villa cántabra de Laredo se cobró la vida de cinco personas y causó heridas a otras doce, de las que cuatro, un matrimonio y sus dos hijos de corta edad, tienen pronóstico grave y muy grave por quemaduras. De los cinco fallecidos, salvo una mujer boliviana, el resto son naturales de Vizcaya. Todos ellos tenían sus residencias en las localidades de Bilbao y Getxo.
La explosión se produjo de madrugada, en el segundo piso de la residencia Jai Alai, a escasos metros del Hospital Comarcal de Laredo. La deflagración fue de tal magnitud que arrojó objetos a cuarenta metros de distancia. Según las primeras investigaciones, los fallecidos, que se alojaban en dos viviendas del piso superior al de la explosión, fallecieron por inhalación de gases. Todos ellos intentaron refugiarse en el cuarto de baño de una de las viviendas, donde fueron encontrados muertos.
Respecto a las causas del siniestro a falta de lo que determinen los técnicos, la primera inspección visual indica que la explosión de propano se produjo por una fuga en la cocina del segundo piso cuyas causas todavía no se conocen. Los fallecidos son Jaime Bilbao Azqueta, natural de Munguía, nacido el 5 de septiembre de 1927 y domiciliado en Bilbao; su esposa María Trinidad López Landa, nacida en Bilbao el 25 de enero de 1937 y con domicilio en la misma localidad; y su hija Ana María Bilbao López (3 de mayo de 1969), nacida y domiciliada en la capital vizcaína. Las otras dos fallecidas son Emilia Ballesteros Orue, natural de Ortuella, nacida el día 5 de abril 1913 y residente en Getxo; y Elsa Taboada Vélez, que cuidaba de la anterior. Esta última era natural de Santa Cruz (Bolivia), donde había nacido el día 20 de agosto de 1962, y estaba domiciliada en Getxo.
Origen
En cuanto a los ocupantes de la vivienda en la que se produjo la explosión, fueron ingresados en el Hospital de Cruces en estado muy grave. Se trata de un matrimonio y sus dos hijos, una niña de ocho años y un niño de cuatro. De todos ellos, el niño es el que se encuentra más grave y presenta daños por inhalación de humo y quemaduras de segundo y tercer grado en el 45 por ciento del cuerpo.
El padre, A.C.R., de 38 años de edad, tiene quemaduras de segundo y tercer grado en cara y extremidades superiores e inferiores, además de síntomas de inhalación de gas. Por su parte, la madre, R.B.L., de cuarenta años de edad, presenta quemaduras de segundo y tercer grado. Mientras tanto, la niña tiene quemaduras de segundo y tercer grado en la cara, parte del tronco y las extremidades superiores e inferiores.