Un trofeo europeo para el Atlético de Madrid 48 años después

Forlán marca el 2-1 al Fulham inglés que convierte al Atlético en campeón de la UEFA Europa League a pocos minutos del final de la prórroga

Jugadores y técnicos posan con el trofeo.

Los aficionados del Atlético de Madrid saborearon el pasado día 12 un título europeo y muchos de los que se lanzaron a las calles de la capital de España, en busca de la plaza de Neptuno, y del resto del país desconocían esa sensación. No en vano, ha pasado casí medio siglo desde la última vez que los colchoneros se proclamaron campeones de alguna competición continental. El Atlético de Madrid engrandeció su figura en Europa conquistando ante el Fulham inglés (2-1) la primera edición de la UEFA Europa League en una final de infarto que de nuevo resolvió Forlán, dando a su equipo segundo entorchado continental que alimenta las vitrinas del Vicente Calderón tras la Recopa cosechada en 1962 y que abre el camino hacia un nuevo doblete.

 

Hizo honor el cuadro rojiblanco al insistente canto de su afición y volvió a sentirse campeón 14 años después del doblete de Liga y Copa. Lo hizo a su estilo, sufriendo, y gracias a Forlán, como en Turquía, o como contra el Valencia o el Liverpool. De tacón en semifallo, rematando un chispazo de Agüero con la prórroga agonizante, hizo campeón a los rojiblancos 48 años después. El gol hizo doble justicia: por la mayor ambición atlética y por el espectáculo grandioso que dio su afición en Hamburgo, animando sin para como acostumbra pero con un punto de fe y colorido superiores.

 

También a medida le quedaba el rival. Defensores lentos, poco móviles, para tratar de contener su endemoniado ataque. Y multitud de imprecisiones en el centro del campo, siendo como es el Atlético un equipo que se desenvuelve con comodidad en medio de la locura. Forlán con un palo y Reyes de falta dieron los primeros avisos.

 

El triunfo se fraguó a la media hora de partido por mediación también del uruguayo Diego Forlán. Pero la ventaja duró demasiado poco, puesto que minutos después, un fallo defensivo ponía el balón a los pies de Davies y el galés empató el encuentro. Sin lugar a la desesperanza, empujó la afición y respondió el equipo, dando lugar a un asedio que se resolvió sin frutos. Imagen que se diluyó en una segunda parte en la que se mostró aletargado, contagiado por el Fulham. Un equipo el inglés que tras intentarlo con timidez dio por bueno el empate y condenó el choque a la prórroga.

 

Tiempo de desenfreno, a su medida. Demostrado en las semifinales de Anfield y corroborado en la gran final. Otra vez Forlán, a partir de hoy leyenda del Atlético. Agüero cocinó en banda y el uruguayo remató de tacón para desatar la locura. Locura que, una vez más, fue rojiblanca.