La policía libia se ocupó de estos inmigrantes, de los que su intérprete señaló que “su situación se presenta bastante incierta tras permanecer seguramente unos días detenidos”, según el capitán Sestayo. En un primer momento, Libia se negaba a aceptar a los extranjeros. Los 25 inmigrantes desembarcados en Trípoli son de edades comprendidas entre los 18 y 25 años, y el cadáver es el de un joven de unos 18 años. Una comisión española, encabezada por el encargado de Asuntos Políticos, Consulares y Culturales de la Embajada en Trípoli, José Manuel Pascual García, se empleó hasta el último momento en las gestiones administrativas para el atraque y desembarco de los inmigrantes.
Estos inmigrantes, que habían sido rescatados el día 13, por el pesquero español a 95 millas de la costa próxima a Trípoli, cuando viajaban en una patera, viajaron durante tres días junto a la tripulación del Nuestra Madre de Loreto.