Un fallo de coordinación retrasa la toma en consideración en el Congreso de la proposición de ley del Parlamento de Galicia sobre la modificación del voto exterior tras casi cuatro años de espera

Se había fijado para el pleno del martes 12 de mazo pero ese mismo día también hay sesión plenaria en la Cámara autonómica por lo que se pidió su aplazamiento

Han pasado casi cuatro años entre la aprobación por unanimidad de la proposición de ley de reforma del voto exterior en el Parlamento de Galicia y el debate para su toma en consideración. Y cuando éste ya se iba a producir, un fallo de coordinación entre el Congreso y el Parlamento autonómico obligará a retrasarlo de nuevo. Al fin y al cabo, si la propuesta ha podido esperar cuatro años… podrá esperar un poco más.

La situación parece surrealista. La toma en consideración de la proposición de ley se fijó para el pleno del Congreso del martes 12 de marzo y representantes de los grupos parlamentarios que aprobaron la iniciativa en el Parlamento gallego se desplazarían a Madrid para defenderla. Sin embargo nadie en la Cámara Baja se percató de que ese mismo día también hay sesión plenaria en la Cámara autonómica por lo que desde dicho órgano se ha solicitado el aplazamiento.

Ahora la toma en consideración de la proposición volverá a la Mesa del Congreso para que decida en qué pleno se debatirá.

El Parlamento gallego aprobó esta iniciativa legislativa por unanimidad con el objetivo de equiparar las condiciones de voto de los emigrantes al del resto de electores habilitando un sistema de voto en urna, depurando el censo de residentes ausentes (CERA) y estableciendo secciones electorales de entre 500 y 4.000 votantes en las demarcaciones consulares.

La propuesta permitiría que los españoles residentes en el extranjero pudiesen votar en urna en consulados y embajadas como hacen el resto de electores en los colegios españoles, y todo ello sin que sea preciso solicitar con anterioridad el ejercicio del sufragio activo.

La reforma gallega no se debatió la pasada legislatura en el Congreso. Muy al contrario, lo que se aprobó en 2010 fue una reforma de la Loreg que impuso el voto rogado y excluyó a los emigrantes de participar en las elecciones locales.