Un curso de verano en El Escorial (Madrid) sobre los retos en el aprendizaje de lenguas extranjeras

El director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, inauguró en El Escorial el curso de verano sobre los nuevos retos en el aprendizaje de lenguas extranjeras.

El estudio de lenguas extranjeras por Internet aumenta en todo el mundo a gran velocidad, mientras que decrece la enseñanza presencial. Esta nueva realidad obliga a replantear los esquemas de la enseñanza de idiomas tanto a las instituciones responsables -por parte de España, el Instituto Cervantes- como a los profesores, alumnos, centros educativos, editoriales y entidades dedicadas a la enseñanza de lenguas.
A todos estos colectivos se dirigía el curso de verano ‘Nuevas exigencias en el ámbito del aprendizaje, la enseñanza y la gestión educativa de lenguas extranjeras’, que inauguró El Escorial (Madrid) el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, el 13 de julio, y clausuró dos días después el secretario general, Rafael Rodríguez-Ponga. Organizado por el Cervantes colaboración con la Universidad Complutense, el curso, dirigido por Richard Bueno Hudson, subdirector Académico del Instituto, abordó la influencia decisiva de Internet y las nuevas tecnologías en el sector.
Con el auge incuestionable de la enseñanza digital, los profesores acostumbrados a la docencia presencial deben reconducir su labor, las editoriales que elaboran manuales han de modificar los materiales didácticos, y los centros de enseñanza tienen que cambiar su metodología de trabajo.
También las instituciones como el Instituto Cervantes, afirmó García de la Concha, están inmersas en estos cambios, que afectan no solo a “cómo” enseñar español -vía Internet más que a través del libro tradicional- sino a otro fenómeno no menos importante: el crecimiento “exponencial” del interés por la evaluación (exámenes que prueben el nivel del estudiante) y por la certificación (títulos y diplomas que demuestren esos conocimientos).
Entre otros asuntos, también se examinaron las herramientas y recursos para un nuevo enfoque de la enseñanza, los hábitos de consumo digital de los estudiantes (que aprenden idiomas cada vez más a través de tabletas y teléfonos inteligentes, en detrimento del ordenador) o las posibilidades del turismo idiomático, un asunto que en países como Colombia es ya “una cuestión de Estado”, según destacó García de la Concha.