El Govern y todas las formaciones, incluidas las de la izquierda, fueron objeto de las iras del centenar de trabajadores de Nissan y Roca, afectados por los recortes de personal, que superaron en número y en ganas de gritar a los independentistas radicales y a otros sectores reivindicativos. La delegación de los miembros del Govern, encabezada por el presidente de la Generalitat, José Montilla, para realizar su ofrenda y escuchar el himno de Cataluña, Els Segadors, pudeo comprobar cómo arreciaban las protestas de los trabajadores despedidos.
“Montilla, escucha, la Nissan está en lucha”, “Esto nos pasa porque Montilla pasa”, “Esto nos pasa por un presidente facha” o “Menos EREs y más trabajo” eran algunas de las consignas más repetidas por los trabajadores situados tras las vallas que protegían el espacio alrededor del monumento a Rafael Casanova.
El secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, señaló que los habituales abucheos a las delegaciones de partidos políticos han pasado a ser este año “en castellano”, en alusión a los trabajadores de origen emigrante.
El eterno debate
Las formaciones nacionalistas, principalmente, han seguido debatiendo sobre asuntos como el fallo pendiente del Tribunal Constitucional sobre el Estatut y la consulta sobre la autodeterminación que se celebraba en Arenys de Munt.
El presidente de CiU, Artur Mas, señaló que “no hay ninguna ley ni ningún tribunal, constitucional o no, que pueda estar por encima de la voluntad de un pueblo entero”. El líder de ERC, Joan Puigcercós, advirtió de que la consulta de Arenys no es un “simulacro” sino un adelanto de lo que “muy pronto podría pasar de forma legal y constituida por el Govern”.
Tras las ofrendas, 12.000 personas siguieron, en el parque de la Ciutadella de Barcelona, el acto oficial con motivo de la Diada. Allí, medio centenar de activistas de la Plataforma Aturem la Guerra intentaron boicotear a Noa, si bien la cantante israelí se sobrepuso a la protesta minoritaria y pudo interpretar dos canciones en catalán ante la ovación del resto del público.
Desde principios de semana, sobre el acto pendía la amenaza de boicot de la Plataforma Aturem la Guerra, que había convocado una protesta por la actuación de Noa, a la que considera “pro-guerra” porque en enero expresó su apoyo al ataque militar israelí contra Gaza, a lo que se sumó después el grupo parlamentario de ICV-EUiA, que también anunció que haría notar su desacuerdo con la cantante.