Tarjeta sanitaria y Comunidades Autónomas

“Uno de los temas que más polémica ha planteado en estos últimos años en referencia a la ciudadanía española en el exterior, ha sido la de la Tarjeta Sanitaria para los residentes en el exterior. La Comunidad de Madrid fue la primera en ponerla en funcionamiento hace ahora cuatro años. Esta tarjeta, garantiza el acceso a los sistemas públicos de salud a los paisanos que visitan su comunidad de origen.
Desde el primer momento, el Gobierno Central, sin previa consulta ni información acusó a la Comunidad de Madrid en primer término, y al resto de Comunidades Autónomas que la ponían en funcionamiento de venta de humo y medida “tribal”, al ser esta una medida otorgada por el Estado español, tratando así de confundir y emponzoñar a nuestra colonia.
Fue el Gobierno de Esperanza Aguirre, el primero que en el año 2007 envió a todos los madrileños residentes en el exterior, más de 170.000 en aquel momento, el Documento Salud Madrid Exterior, que homologaba derechos entre madrileños residentes y ausentes. Después se sumó el Gobierno de Castilla-León, y en cuanto Alberto Núñez Feijoo gano las elecciones, en 2009, puso en marcha la medida con carácter prioritario. También en 2010 es el Gobierno Balear, participado por el Partido Socialista, se suma a esta medida y la pone en funcionamiento, publicándolo en el Boletín Oficial de las Islas Baleares el 10 de mayo de 2010, su creación.
Desde el Gobierno de España, la directora general de la ciudadanía española en el exterior, criticó ampliamente  esta medida diciendo y, cito textualmente “Esa tarjeta sanitaria no sirve para nada”. Son ya más de 45.000 usuarios entre las distintas Comunidades Autónomas.
Y es claro, que los beneficiarios del “Documento Madrid Madrid Exterior”, la “Tarjeta Salud Castellano Leoneses en el Exterior”, o la Tarjeta “Galicia Saúde Exterior”,  no son de la misma opinión que la directora del ministerio.  Este servicio esencial para nuestros ciudadanos en el exterior era una reclamación constante de nuestras comunidades en el extranjero.
El servidor público debe estar en continua “escucha activa” de lo que nuestros ciudadanos demandan y satisfacer, en la medida que lo reclamado sea posible, competente y ajustado a los principios que rigen nuestras sociedades. Eso es gestionar la red pública, el plantear que el ineficiente sistema de salud exterior gestionado por el actual gobierno de España es la panacea para la atención sanitaria de nuestros ciudadanos que viven en el extranjero fuera y dentro de nuestras fronteras es hacer un brindis al sol.
Pero es que además, el Presidente de la  Junta de Andalucía, ha anunciado, hace sólo unos días, la aprobación por parte de su Consejo de Gobierno, a través de un decreto, de la tarjeta sanitaria en el exterior.
Curiosamente no he podido leer, ver o escuchar en ningún medio de prensa, crítica alguna de la inutilidad de la tarjeta sanitaria andaluza. Lo que esta medida del Gobierno andaluz deja claro es la falta de criterio, objetividad y capacidad de análisis de los responsables de las políticas de ciudadanía exterior del Gobierno de España. Si bien es de justicia felicitar a la Junta de Andalucía por lo oportuno y necesario de esta medida, me hubiera gustado que no se utilizasen medidas sociales a favor de los ciudadanos residentes en el exterior de forma electoralista.
El momento elegido  para su presentación da un cierto tufo a necesidad de implementar medidas que atraigan votos. La salud no es mercancía electoral, pese a que el PSOE esté haciendo un indisimulado abuso de la sanidad como argumento emocional en su campaña. Querida directora, para algo servirá la tarjeta sanitaria para los españoles en el exterior, cuando sus compañeros en Andalucía la consideran conveniente. Como dice el refranero español: ayuda mucho el que poco estorba”.

Victoria Cristóbal Araujo
Secretaria de Emigración
del Partido Popular de Madrid