Los familiares comenzaron a dar muestras de indignación porque aseguran que parte del pasaje quería bajar del avión.
Una mujer, de 45 años, y su hijo, de 22, enseñaron a los periodistas una mensaje de móvil en el que el marido y padre, respectivamente, decía a la mujer: “Mi amor, te quiero, pero el avión está averiado. He pedido que me cambien de vuelo, pero estamos esperando”, a través de un mensaje de móvil ya desde el interior del avión, una vez que se había detectado el problema técnico. Otros familiares señalaron que otras víctimas les hicieron llamadas desde el interior del aeroplano en el mismo sentido. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, llegó a pedir que se aclaren “las circunstancias en las que tuvo lugar este despegue, porque no se hizo con las suficientes garantías”.
El mismo día que se conocían estos casos, los máximos responsables de Spanair comparecían en rueda de prensa para defender su tesis de que el “calentamiento excesivo en una toma de aire” de uno de los sistemas fue aislado por los técnicos de la compañía, lo que permitió que el avión fuese despachado para el vuelo. Diversos expertos señalaron, por su parte, que el fallo sólo de un motor no es causa suficiente para provocar una tragedia de la magnitud que registró Barajas. Fuente de Aviación Civil apuntaron la hipótesis de que el fallo del motor izquierdo pudo pasar al derecho y al timón hasta llevar al bloqueo total del aparato siniestrado.
Familias rotas
Muchas de las familias afectadas por la tragedia perdieron a varios de sus miembros en el siniestro. Este es el caso de un hombre de Agüimes, en Gran Canaria, que perdió a sus hijas de 19 y 15 años, la mayor de las cuales estaba embarazada y tenía un bebé. Regresaban de Cáceres de conocer a su hermanastra.
Otra familia, originaria de Málaga pero residente en Canarias, regresaba al Archipiélago tras pasar unas vacaciones en la localidad andaluza. Todos perdieron la vida. Son tres hermanos de diez, doce y cuatro años; y los padres, de 38 y 36 años. Una pareja, formada por un madrileño y una canaria, viajaban a las Islas para bautizar a su bebé, de meses, pero todos murieron en el trágico accidente del avión.
Los supervivientes
La mayor parte de los supervivientes del accidente del avión viajaban en la parte delantera, una de ellas miembro de la tripulación, es una azafata de 27 años con fracturas y contusiones. Salió despedida del avión y nunca llegó a perder la consciencia. Un niño deambulaba entre los cadáveres y los restos del avión cuando llegaron los efectivos de emergencias. Preguntaba por su padre y quería que se acabase la “película” que estaba viendo.
Una joven canaria, que salió con vida del accidente de aviación en Barajas, se hizo un torniquete y ella misma rescató a dos niños que había caído en un arroyo. Otras personas se salvaron porque se les negó el embarque en el aparato al llegar unos minutos más tarde de la hora fijada. Sin poder creerlo, se felicitaban por su suerte.
Cambio del código
El vuelo de Spanair de la una de la tarde entre Madrid y Gran Canaria -el que se accidentó- que operaba bajo el código JK5022, pasa a ser el JK5024, desde dos días después del siniestro. Aún entonces, en el aeropuerto de Barajas, la compañía Spanair registraba demoras en sus vuelos.
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El mayor desastre en 25 años en la aviación española
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El accidente de Spanair es el primero que se produce en el aeropuerto de madrileño de Barajas desde 1983, hace casi veinticinco años. El 27 de noviembre de ese año perdieron la vida 181 personas y otras 11 la salvaron al estrellarse en Mejorada del Campo, muy cerca de Barajas, un Boeing 747 de la compañía colombiana Avianca que se disponía a aterrizar en el aeropuerto madrileño, informó EFE. Días más tarde, el 7 de diciembre, fallecieron otras 93 personas y 31 más resultaron heridas, al colisionar en la pista de despegue del mismo aeropuerto un Boeing 727 de Iberia y un DC-9 de Aviaco.
El aparato de Aviaco se equivocó de pista a causa de la niebla y se introdujo en la de despegue, por la que rodaba el avión de Iberia. Sin embargo, el siniestro con mayor número de víctimas mortales registrado hasta hasta la actualidad en un aeropuerto español es el acaecido el 27 de marzo de 1977 en el aeropuerto de Los Rodeos, de Tenerife, donde 585 personas fallecieron al chocar frontalmente dos aparatos, uno de la compañía holandesa KLM y el otro de la estadounidense Pan American, cuando realizaban las maniobras previas al despegue. Tres años después del gravísimo suceso acaecido en Los Rodeos, el aeropuerto tinerfeño vuelve a ser escenario de un accidente. Ciento cuarenta y seis personas mueren al estrellarse un Boeing 727 de la Compañía Dan Air en las cercanías del aeródromo.