Desde las 11.30 de la mañana del miércoles 1 de febrero los socios, a los que luego se sumaron médicos y trabajadores del hospital, se convocaron frente a la entrada principal de la institución en demanda de explicaciones sobre cuál es la situación que atraviesa la entidad. Luego de tomarse de la mano y rodear toda la sede del Centro Gallego a manera de abrazo simbólico, los manifestantes, portando pancartas y al grito de ‘No al cierre del hospital’, realizaron un piquete frente a las puertas de la institución que provocó una congestión del tránsito proveniente de la Avenida Belgrano.
España Exterior recogió el testimonio de varios socios que expresaron su apoyo a los médicos y trabajadores a los que les adeudan sus sueldos y manifestaron su preocupación por lo que ellos sienten como un posible vaciamiento del hospital.
Josefina Neira de Boga, una gallega nacida en Lugo y socia desde hace 52 años, calificó a la actual comisión directiva que preside Carlos Vello de “lamentable, inoperante y mentirosa” y añadió: “Los socios merecemos una explicación para estar más tranquilo y ver cómo podemos ayudar porque el Centro Gallego es una mutual y somos los verdaderos dueños de la institución, pero lamentablemente no sabemos cuál es la situación real porque nadie nos informa”.
De manera similar se expresó María del Pilar Ceballos, una gallega oriunda de La Coruña que es socia desde 1942. “Los directivos actuales nos han engañado, los hemos votado porque decían que sabían como estaban las cosas, pero se hicieron cargo y todavía no encontraron ninguna solución. Hace tres semanas que no me puedo realizar análisis y estoy sin atención médica producto de la mala administración del hospital; tengo mucho miedo por el futuro del Centro Gallego, porque es mi segunda casa, he pagado la cuota durante 70 años para poder recibir atención en mi vejez y ahora me encuentro en esta situación, no es justo”.
Yeni Méndez, una coruñesa con más de 50 años de socia, también expresó que la directiva actual “no debería haber asumido porque no saben como arreglar esta situación”, aunque aclaró que la crisis del Centro Gallego viene ya de varias gestiones. “Estoy aquí para apoyar a los médicos porque son maravillosos, los conozco desde hace varios años y quiero seguir siendo atendida por ellos, que están reclamando algo muy justo como es el pago de sus salarios”, agregó.
“Yo tengo 71 años y soy socia desde mi adolescencia”, señaló a su vez Rosa Martínez Ferrero, nacida en el municipio lucense de Ribadeo, y recalcó: “Más que miedo por un posible cierre del hospital siento mucha pena; es evidente que aquí ha habido corrupción durante muchos años, pero no puede ser que aún so sepamos quiénes son los responsables para meterlos presos”.
Con lágrimas en los ojos, Beatriz Caggianelli Fernández Ñuñez, socia número 140542, manifestó: “Esto viene de largo, ya van muchos años en los que las diferentes autoridades se han robado todo. A mí me operaron de cáncer de mama y tengo enfisema de pulmón, y no tengo por qué ir a un hospital público porque allí la atención es muy mala y además siempre he pagado mi cuota del Centro Gallego. Hoy vengo a apoyar a los médicos porque siempre me atendieron bien y están en su derecho de reclamar por sus sueldos, pero mañana tengo turno con la cardióloga y la verdad es que no se si me van a atender”.
Por su parte, Emilio Díaz, con más de 45 años de antigüedad como socio, aseveró: “En 2010 se convocó a elecciones luego de más de 20 años de que el Centro Gallego fuera gobernado por alianzas entre las cinco agrupaciones políticas que lo llevaron a una situación de endeudamiento que evidentemente la directiva actual no supo encausar. Tengo entendido que Vello es una persona honesta, pero creo que le falta capacidad para dirigir porque no tiene ni equipo ni un proyecto estratégico de tres o cuatro años para conducir una institución sanitaria de esta magnitud”.
Los profesionales del hospital, que desde hace varios días han implementado la retención de tareas como medida de fuerza para lograr que les paguen sus sueldos atrasados, también expresaron su malestar a este medio. María Susana Hermida, médica psiquiatra con 29 años de antigüedad, calificó a la situación actual como “muy grave””.
En esa tónica, amplió: “Nos negamos a creer que se vaya a cerrar el Centro Gallego, pero si sigue en manos deshonestas e inexpertas eso va a suceder. Hoy no tenemos en la directiva a ningún interlocutor válido, porque no nos reciben ni nos dan explicaciones, solo promesas de que nos van a pagar que nunca se concretan. Queremos agradecer a los socios por su apoyo, pero lamentablemente no los podemos atender porque así la institución no puede funcionar y la única manera en la que nos podemos hacer escuchar es tomando medidas de fuerza para mantener nuestras fuentes de trabajo”.
A su vez, la doctora Lila Leiro, que trabaja en el sector de auditoría médica desde hace 19 años, aseguró que el problema del Centro Gallego parte en que en la junta directiva “son todos abogados o contadores y no hay ningún médico que haya estudiado administración hospitalaria. Hoy el sanatorio cuenta con cinco gerencias administrativas y ninguna médica, y hasta que eso no se revierta y el hospital sea gestionado por profesionales de la salud la situación no va a cambiar”.