Socios del Lar Gallego de Chile les llevan cariño y alegría a los ancianos residentes en el Hogar Español

La actividad es parte de las acciones sociales que la colectividad gallega lleva a cabo durante el año

Residentes del Hogar asistieron en el auditorio a la actuación del grupo de gaitas del Lar Gallego.
Madre Dora y Mónica Sainz, gerente del Hogar Español.
Antonio Rodríguez residente gallego.

El domingo 24 de agosto, un grupo de socios y directivos del Lar Gallego de Chile visitó el Hogar Español de Ancianos, en la comuna de Las Condes, con el propósito de compartir un rato con sus residentes.

La actividad fue presidida por María Myriam López, junto a gaiteros, bailarines, directivos y socios de la corporación.

Además de los adultos mayores, estuvieron presentes la presidenta del Hogar, María Zulueta, la gerente general, Mónica Sainz, Josefa Carballal, importante colaboradora de dicha organización y las Hermanas de la Comunidad Madres de los Desamparados y San José de la Montaña. Se aprovechó la ocasión para entregar la revista ‘Lonxe da Terriña 2014’, a las personas encargadas del Hogar y a los gallegos residentes.

Al término de la actividad, los residentes agradecieron la visita del Lar Gallego, comentando que las melodías y los bailes les recuerdan a su España querida.

Esta actividad es parte de las acciones sociales que la colectividad gallega lleva a cabo durante el año.

Historia

La historia del Hogar Español se remonta a 1916. En aquellas fechas el mundo estaba consternado por las trágicas noticias de la Primera Guerra Mundial y muchos españoles llegaron a Chile en busca de paz y prosperidad.

Ese mismo año, un grupo de señoras españolas residentes en Santiago de Chile decidieron unir sus fuerzas para llevar alivio a quienes se encontraban en esta difícil situación. Así nació la Asociación Benéfica de Señoras y Señoritas, cuya primera presidenta fue la señora Margarita Ferrer de Ferrer.

En 1919 el Consejo de Estado les concedió la Personería Jurídica bajo el nombre de Sociedad de Beneficencia de Damas Españolas de Santiago de Chile.

Tres años después, en 1922, con el objeto de ayudar y educar a las hijas de esas familias, se solicitó la colaboración de las religiosas Franciscanas.

En 1929 las madres Franciscanas debieron dejar sus funciones por motivos vocacionales y su labor fue continuada por las madres de la Divina Pastora. Posteriormente, se abrió un lugar para ancianos mayores de 60 años, que tenían graves problemas económicos. Este crecimiento de beneficiados significó el alejamiento de la congregación de las madres de la Divina Pastora por incompatibilidad con los reglamentos de su orden, dedicada sólo a la asistencia de niñas.

Así, en 1933 ingresó al hogar la Congregación de Madres de los Desamparados y San José de la Montaña, cuyas madres permanecen hasta hoy brindando amor, comprensión y educación a los asistidos.

Para atender la creciente solicitud de servicio se adquirieron 87.500 m2, en lo cual se contó con la colaboración de algunos miembros de la colectividad española residente. En los años posteriores fue necesario vender una parte sustancial de este terreno para financiar gastos del Hogar y nuevas construcciones.

Más adelante, en 1940, comenzó la construcción del actual Hogar Español, el que a través de los años se ha ampliado y modificado llegando a la estructura actual.

Por último, en 2012, después de largos meses de análisis y deliberaciones, Hogar Español tomó la dolorosa determinación de cerrar tanto la Escuela N°328 como el internado de niñas y niños. Por lo anterior, desde el año 2013 y en adelante, la institución tendrá como única misión la de acoger en sus instalaciones a adultos mayores que por sus circunstancias necesiten pasar la etapa final de sus vidas en un lugar adecuado a sus requerimientos.