Sólo doce gallegos asisten gratis al centro de día del Hogar Español de Montevideo

La Fundación Galicia Emigración, que se hace cargo del coste, ofreció el acceso a este beneficio a 150 emigrantes

Pueden existir muchas razones, entre ellas que casi ningún anciano desea alejarse de su familia y temen, como le ha pasado a la mayoría de los emigrantes internados en el Hogar Español, que lleguen sus hijos a pedir a los funcionarios que “no me avisen cuando muera”. Una dura realidad que José Antonio Fernández, el delegado de la Fundación Galicia Emigración, conoce perfectamente porque es el abogado honorario de esta institución que agrupa a dos centenares de emigrantes españoles que con avanzada edad e imposibilidades físicas, no tienen dónde pasar sus últimos años de vida.
La decisión de haber nombrado un delegado de la Fundación en Montevideo, permite que muchos de los programas que no se aplicaban o se destinaban en forma deficitaria, se orienten a satisfacer los requerimientos de los emigrantes gallegos más necesitados. Tal es el caso de la atención gratuita en el centro de día del Hogar Español, el que se orienta a mejorar la calidad de vida y prolongar lo más posible su permanencia en el hogar junto a su familia.
En esta oportunidad fueron una docena de emigrantes que son retirados en tres viajes por la única camioneta que tiene el Hogar Español, la que recoge en sus domicilios a los ancianos y luego de toda una jornada de actividades recreativas, ejercicios, descanso y alimentación balanceada, serán llevados nuevamente junto a su familia al final de la tarde. Fernández explicó que desea que a fines de mes se animen más emigrantes a hacer uso de este beneficio porque hay más de un centenar de ancianos que precisan esta asistencia y no cuentan con recursos para pagársela.
Un caso como tantos
Pilar Carracedo lleva en Montevideo 52 años, hace cuatro meses que murió su marido y más de tres años que su hijo se marchó a España. Su hija, que vive a 40 kilómetros de su casa, fue quien la alentó a que aceptara pasar las jornadas en el Centro de Día del Hogar Español.
“Hoy fue mi primer salida”, confesó llorando a España Exterior cuando ya estaba en las instalaciones del modélico centro que la Fundación Galicia Emigración ha puesto en marcha subvencionando la presencia de 32 emigrantes gallegos que por necesidades económicas no podían acceder a él.
Pilar, nacida en Arteixo y que llegara a Montevideo con tan sólo 19 años, miraba a todos los integrantes de la directiva del Hogar, de la Unión de Sociedades Gallegas y de Casa de Galicia, con quienes la fundación firmó el mencionado convenio. “Estoy agradecida con todos ustedes”, espetó mientras el llanto podía más que sus ganas por agradecer; “tengo todo muy reciente” aseguró, al tiempo que se quejaba porque “en una operación perdí a mi marido”.
Los primeros emigrantes que usaron el centro de día en su primera jornada, fueron recibidos por varios residentes del Hogar que les obsequiaron una flor y su compañía, motivándoles con juegos de cartas, conversaciones y pequeñas incursiones por el jardín del Hogar, ya que el tiempo en esta semana no permitía ni asomar la nariz afuera del calefaccionado recinto.