LA ENTREVISTA

“Si la Administración quiere mantener el movimiento asociativo y flexibilizar la participación de los jóvenes tiene que cambiar de política”

José Mª Oliver, secretario de la Confederación de Asociaciones Españolas de padres de Familia

José María Oliver en el pleno del CGCEE celebrado el pasado mes de junio en Madrid.

-¿Podría explicarnos brevemente cuál es la labor que desarrolla la Confederación y qué organizaciones forman parte de ella?

-La Confederación Europea de Asociaciones Españolas de Padres de Familia la componen las organizaciones nacionales de Francia (Confederación Apferf), Suiza (Femaes), Bélgica (Hispasanté) y Alemania (Confederación APF). Actualmente está presidida por Antonio Beltrán, de Alemania; el vicepresidente es Miguel García, de Suiza, el secretario general soy yo. La directiva la completan los representantes de Bélgica y Alemania.

El tema estrella de la Confederación Europea ha sido y sigue siendo la defensa del programa de Aulas de Lengua y Cultura españolas (ALCE) y en torno a este tema hemos luchado con fuerza. Al principio, para su implantación en los diversos países y que todos los alumnos españoles o de origen pudiesen participar en estas clases y, segundo, para mejorarlo adaptándolo a la evolución de nuestra sociedad y a las necesidades del alumnado en los diferentes países donde se desarrolla.

Con el paso del tiempo y respondiendo a las necesidades de la primera generación hemos introducido en nuestros programas el tema de formación para las personas mayores con el proyecto ‘Adentro’,  con el que, a través de seminarios, se desarrollan temas relacionados con este colectivo en los diferentes países.

La Confederación Europea de Padres de Familia participó y en el primer y segundo mandato del Consejo General de Emigración y dejó de participar por las promesas no cumplidas por nuestras autoridades españolas. Sin embargo, tras la reforma del Consejo, a partir de la Ley de la Ciudadanía Española en el Exterior, volvimos a formar parte de este órgano.

-En su opinión, ¿cómo calificaría la situación del movimiento asociativo de los españoles en el exterior? ¿Qué momento está viviendo?

-Las asociaciones de padres y el movimiento asociativo en el exterior en general están viviendo momentos difíciles por dos motivos fundamentales: porque no llega la renovación de jóvenes en las asociaciones; y por la falta de interés de la Administración española.

-¿Qué medidas considera que deberían potenciarse para mantener vivo el movimiento asociativo? ¿Debería modificar su estructura o su forma de funcionar?

-En efecto, los jóvenes de la segunda generación reconocen el inmenso trabajo de las asociaciones pero no les interesa la estructura y organización que a lo largo de los años hemos creado. Tampoco las asociaciones hemos sabido modificar y adaptar nuestra organización a las nuevas generaciones y tenemos que reconocer que el futuro de las asociaciones en muchos casos es muy incierto.

La mirada de renovación está puesta en los padres de alumnos porque reconocen que las clases de español sólo se pueden mantener si están apoyadas por las asociaciones de padres.

Por ejemplo, en la Región de París, donde está la fuerza de las asociaciones, crece el número de inscripciones y se mantiene el profesorado. Por el contrario donde no existen asociaciones se cierran las agrupaciones y las aulas de español. Y gracias a nuestra intervención en Perpiñán para el curso 2013-2014 se mantienen dos aulas de las cinco del curso anterior.

-¿Y sobre la actuación de la Administración española relacionada con el movimiento asociativo?

-En lugar de facilitar y flexibilizar los programas de ayudas, los ha empeorado. Sobre todo el programa de Asociaciones. Con la supresión de este programa se han eliminado tres cuartas partes de las asociaciones.

Además, el sistema de este programa de recibir el 30% y presentar facturas del 100% está haciendo estragos. La Confederación APFERF hace un año cortó el teléfono por motivos económicos y mensualmente está devolviendo la mitad de la subvención recibida en el año 2011. En más de 40 años no sufríamos una situación parecida. Esta norma está pensada para eliminar las asociaciones pequeñas y favorecer a las que tienen personas contratadas.

Si la Administración quiere mantener el movimiento asociativo y flexibilizar la participación de los jóvenes tiene que cambiar de política. El sistema actual lejos de ayudar está perjudicando sobre todo a las asociaciones pequeñas. De nada sirven las buenas intenciones y los discursos de apoyo a las asociaciones si seguimos con los mismos aparejos.

-¿Qué supone para ustedes y para la colectividad española el programa de las ALCE?, un programa que desarrolla el Ministerio de Educación.

-Las clases de Lengua y Cultura españolas desde su creación han sido valoradas y respetadas por la colonia española como el programa estrella. Siempre que se han visto amenazadas, como ha sucedido recientemente, la colonia española se ha movilizado. Pero a pesar de las múltiples dificultades que a lo largo de su historia han sufrido con los cambios políticos, el programa se ha mantenido y mejorado.

El profundo problema de las ALCE ha sido que los Gobiernos de turno no han valorado en sus justas proporciones los resultados de estas enseñanzas y si hubiesen valorado costes y resultados, en compararlos con otros centros del Gobierno español en el exterior, seguro que la situación actual de las ALCE estaría resuelta.

Las clases de español comenzaron 15 años antes que el Instituto Cervantes y la imagen de España en el exterior la dieron los emigrantes escolarizando a sus hijos en las clases de español, dando testimonio con su trabajo ejemplar, respetando las leyes en los diferentes países y desarrollando su cultura de origen.

-Se habla de que la crisis está provocando una nueva oleada emigratoria de jóvenes españoles. ¿Nota usted que realmente se esté dando este fenómeno?

-Es verdad que los nuevos emigrantes están llegando a nuestros países de residencia y van a seguir haciéndolo, muchos de ellos con títulos pero desorientados sin saber en muchos casos a donde dirigirse. Después de constatar esta realidad la Confederación APFERF con la ayuda del Ministerio de Trabajo el 25 de mayo de 2013 convocó en el Colegio de España en París una jornada de trabajo para tomar el pulso a los nuevos emigrantes y uno de los objetivos fue facilitar un lugar de encuentro entre los nuevos emigrantes y la segunda generación de jóvenes nacidos en Francia. Participaron 38 jóvenes, unos recién llegados otros con algo de experiencia. A parte de las diferentes ponencias, talleres, testimonio etc. y después de constatar que el encuentro fue un éxito, nos preguntamos ¿qué hacemos con los nuevos emigrantes?, ¿cómo enfocamos el tema?

La Confederación APFERF piensa seguir colaborando con este colectivo, orientando a las asociaciones a colaborar y  poniendo locales a su disposición para que puedan reunirse en las mejores condiciones, también facilitaremos encuentros de jóvenes, conferencias etc.