Sergio Iribarren: “Nunca vamos a negociar o poner en venta el alma gallega que está presente entre estas paredes”

El nuevo interventor del Centro Gallego de Buenos Aires asegura que "son absolutamente falsas" las versiones que dicen que se pretende lograr la quiebra de la institución

El nuevo interventor del Centro Gallego de Buenos Aires, Sergio Iribarren.

En medio de una nueva serie de manifestaciones por parte de los trabajadores del hospital del Centro Gallego de Buenos Aires en reclamo del pago de sus sueldos en tiempo y forma, el interventor de la institución en representación del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) del Ministerio de Trabajo de Argentina, Sergio Iribarren, mantuvo en su despacho una extensa entrevista con España Exterior en la que, entre otras cuestiones, se refirió al futuro de la intervención y a las medidas que se están llevando adelante para lograr la estabilidad económica y financiera de la entidad.

Iribarren, que asumió el cargo el 25 de noviembre del año pasado reemplazando a Carlos La Blunda -quien tuvo que renunciar debido a problemas de salud- es un perfecto conocedor de la situación por la que atraviesa la institución, ya que antes de tomar posesión de la intervención se desempeñaba como abogado dentro del servicio de asuntos legales del Centro Gallego, atendiendo procesos judiciales y brindando tareas de asesoramiento.

-¿En qué situación se encuentra actualmente la intervención? ¿Hay algún plazo establecido para su finalización?

Partamos de la base de que las intervenciones están diseñadas como herramientas de emergencia para salvar situaciones de crisis y, en consecuencia, están llamadas a terminar dentro de un plazo razonable. Los plazos se computan de acuerdo al criterio del juzgado que ordenó la intervención, por lo que se cuenta por días hábiles judiciales. Como en enero hay receso por la feria judicial, y si sumamos los feriados y fines de semana que tampoco se computan, la intervención estaría finalizando en junio de este año, contando los 30 días iniciales desde la renuncia del anterior interventor, cuyo vencimiento operaría en la primera semana de febrero, más los 90 días de prorroga concedidos a finales de diciembre por el juez actuante a pedido del Inaes. Si en ese momento finaliza la intervención, habría que convocar a las agrupaciones políticas para que presenten a sus candidatos y sean los asociados quienes elijan a sus autoridades.

Lo que hay que recordar es que el Centro Gallego estaba prácticamente paralizado al momento de decidirse su intervención, y que el Estado argentino ha hecho un esfuerzo económico muy importante, ya sea aportando una asistencia financiera directa a través del INAES o ayudando a pagar los sueldos gracias al programa REPRO del Ministerio de Trabajo, porque al momento de asumir la intervención la entidad estaba técnicamente en quiebra o liquidación. Hoy estamos en una nueva etapa que encuentra al Centro Gallego en marcha y plenamente operativo. En ese marco, he asumido mi labor con el objetivo de desplegar acciones destinadas a la optimización de servicios para que al momento del cese de la intervención la institución esté razonablemente nivelada en el aspecto económico financiero y reestructurada organizativamente.

-¿Cuáles son las principales medidas que se están llevando a cabo con el objetivo de mejorar la situación económica de la entidad?

En primer lugar hemos reformado el proceso de contrataciones para optimizarlo con el objetivo de hacerlo más transparente, eficiente y racional, porque un 25 por ciento del déficit del Centro Gallego se produce por deficiencias administrativas propias que había que corregir, y esa era una tarea que estaba pendiente de resolverse. Para ello, hemos puesto en marcha un comité de pre adjudicaciones y esta semana hemos introducido una modificación crucial en los procesos de auditorías de prestaciones internas con el fin de solucionar un proceso burocrático muy insidioso que producía un importante retraso de las facturaciones o que se generaran débitos que luego no podían resolverse.

A partir de ahora, los médicos auditores realizarán las auditorias en tiempo real, o sea, cuando los pacientes estén internados, lo que les da la posibilidad de detectar cualquier falla administrativa.

Por otra parte, estamos readecuando la secuencia de cobro de prestaciones, que es otra vieja secuela de deficiencias del Centro Gallego, porque se había generado un proceso de morosidad muy importante en el pago de las prestaciones que se brindan a los afiliados de las obras sociales y gerenciadoras que utilizan las instalaciones y servicios del hospital.

Para tener una idea, sobre facturas que deberíamos estar cobrando en un plazo de 60 días desde su emisión, terminábamos cobrando a los 90 días y a veces a los 120, sin ningún tipo de carga financiera extra. Esta situación la modificamos drásticamente, llegando en algunos casos a suspender temporalmente servicios a aquellos cocontratantes que estaban muy arraigados a esa práctica que perjudicaba muy seriamente la economía de la institución, que estaba financiando a estos morosos a expensas directas o indirectas del pago de salario de los trabajadores. 

-Hay muchas versiones respecto a si el PAMI, que es la obra social estatal de los jubilados y pensionados argentinos, le debe o no una suma millonaria a la institución…

El PAMI es nuestro deudor estrella, con más de 20 millones de pesos (más de 1,3 millones de euros), aunque sus autoridades lo nieguen a través de los medios periodísticos argentinos. En estos momentos nos deben 3.800.000 pesos de una factura vencida el 9 de enero por prestaciones del mes de diciembre, que es la única deuda que reconocen públicamente, a lo que hay que sumar 18.300.000 pesos que deben desde el mes de febrero de 2014 y que si estuvieran pagos le hubieran significado un gran alivio a las finanzas del Centro Gallego y habrían ayudado a pagar los sueldos a los trabajadores. Es una deuda que no han resuelto a pesar que nosotros hemos ofrecido facilidades para que la salden en tres cuotas, pero no hemos tenido ni noticias de esta propuesta.

Además, una parte importante de esa deuda se genera por afiliados suyos internados en el hospital que han sido dados de alta sanatorial y que el PAMI debería haberse hecho cargo de su derivación a lo que se llama centros de atención de tercer nivel, como geriátricos, instituciones de rehabilitación e incluso internación domiciliaria. Pero a pesar de ser su obligación derivarlos, no lo han hecho porque demoran el envío de un auditor, con lo cual el paciente queda internado ocupando una cama, expuestos a infecciones intrahospitalarias, y generando mayores costos, de los cuales se está haciendo cargo el Centro Gallego. Solamente durante 2015 se han sumado siete mil días-cama entre todos los pacientes del PAMI.

Sin embargo, nosotros seguimos atendiendo a sus afiliados y brindándoles atención ambulatoria y quirúrgica, pero no dudaremos en acudir al Ministerio de Salud en caso de que la situación no se resuelva.

-Esta semana recrudecieron las manifestaciones de los trabajadores que reclaman el pago en término de sus salarios, llegando incluso a cortar el tránsito frente a la puerta del hospital. ¿Cuál es la deuda actual con ellos?

Al día de hoy se ha pagado parte del sueldo de diciembre y un tercio del aguinaldo, y lo hemos hecho con recursos propios porque el programa Repro del Ministerio de Trabajo se discontinuó a partir de diciembre, aunque ya hemos pedido su prórroga para volver a recibirlo y darnos tiempo así de terminar la tarea de reorganización que estamos haciendo para nivelar las cuentas.

Nosotros no podemos decir nada en contra de los reclamos de los trabajadores, porque ellos tienen todo el derecho a reclamar cuando no se les paga en tiempo y forma su salario y somos conscientes que mientras no podamos regularizar esta situación hay una causa que legitima plenamente la protesta. Es más, la institución ha cedido parte del playón de ambulancias sobre la calle Pasco y también el Teatro Castelao, que tiene capacidad para 400 personas, para que los trabajadores puedan realizar sus asambleas.

Lo único que nosotros les pedimos es racionalidad en las protestas porque entendemos que lo que no agrega nada al legítimo derecho al reclamo es cuando, por ejemplo, se dañan paredes recién pintadas pegando afiches que luego cuesta mucho retirar y que es una tarea que recae en otros trabajadores que posiblemente compartan el motivo del reclamo. Estoy seguro que de los 1.300 trabajadores que hay en el Centro Gallego la mayoría no comparte esta metodología porque cuando la protesta se torna irracional causa un perjuicio directo a la institución, a los trabajadores, a los pacientes y a los socios.

Por otra parte, también hay que reconocer que las administraciones deficientes del pasado han logrado quebrar la confianza de los trabajadores en las soluciones que se puedan aportar a través de los mecanismos estatutarios.

-¿Qué puede responder sobre las versiones que dicen que se pretende lograr el vaciamiento y la quiebra de la institución?

Que son absolutamente falsas. Por ejemplo, tanto el hospital Garraham como el Posadas, que el año pasado nos han demandado un gran número de camas pediátricas, han expresado su satisfacción con el servicio que les prestamos. En estos momentos estamos en tratativas para prolongar el acuerdo de derivaciones con el Garraham, generando más prestaciones y por un período de tiempo más prolongado. También se ha mejorado notablemente todo el servicio de cardiología y hemos inaugurado un nuevo servicio de salud mental ambulatorio que será muy beneficioso para la institución. No hay falta de insumos y estamos cumpliendo en los pagos a nuestros proveedores, y a pesar de que no tenemos dinero para invertir en tecnología a aparatología, tenemos imaginación y voluntad para generar contratos de mutuo beneficio que nos permitan ofrecer nuevos servicios, como las negociaciones que estamos llevando adelante con el Banco Ciudad para reactivar el área de imágenes.

Además, estamos en tratativas con la Universidad Católica Argentina porque existe la posibilidad de formar en nuestro hospital médicos residentes en cirugía traumatológica.

Todo esto no sucedería si el Centro Gallego estuviera a punto de cerrar sus puertas o si no tuviésemos la decisión de sacar adelante a la institución.

-¿Cómo es la relación con las agrupaciones políticas del Centro Gallego que están reclamando que la gestión sea devuelta a los socios?

Nosotros hemos iniciado un diálogo con todas las agrupaciones para proporcionarles la información que nos solicitan y la idea es reunirnos cada quince días una vez finalizado el período vacacional. Cada agrupación ha designado un referente para aportar ideas, como sucedió en el homenaje a Castelao que organizamos a comienzos de enero.

Naturalmente, las agrupaciones no pueden pretender otra cosa que volver a ser ellas las responsables de conducir el Centro Gallego, y es razonable, pero también creo que es necesario aprender y tener muy en cuenta los errores del pasado y asumir con modestia que el éxito que uno puede haber tenido en alguna actividad comercial o dirigencial no lo habilita necesariamente para quedar al frente de otras actividades, y que el ámbito de la salud requiere de gente experta en la gestión.

-Hay mucha preocupación dentro de la colectividad con lo que pueda suceder con el patrimonio artístico que forma parte del Instituto Argentino de Cultura Gallega (IACC). ¿Qué directivas se están llevando adelante respecto a esta cuestión?

Desde el inicio de mi gestión he tomado medidas muy concretas en esa dirección. La primera de ellas fue presentar ante el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires un pedido de declaración de sitio histórico del edificio del Centro Gallego y del Teatro Castelao, además de la protección como colección de valor histórico a la biblioteca de volúmenes, obras pictóricas, estatuas y bustos.

A medida que avance ese expediente, vamos a pedir también la colaboración del Ministerio para destacar en forma honoraria, porque no estamos en condiciones de afrontar grandes gastos, a algunos de los restauradores especializados de primerísimo nivel que tiene la Ciudad, sobre todo en la Dirección de Museos, para que hagan una inspección de las obras de arte y nos asesoren si los ambientes en los que se encuentran son los adecuados y si alguna de ellas requiere ya de una restauración urgente, porque estamos preocupados por mantener en estado óptimo estas obras que son un patrimonio invalorable desde el punto de vista afectivo y cultural para la colectividad gallega.

Por otra parte, he propuesto que el IACC quede a cargo de la profesora Josefina Delgado, que fue secretaria de Cultura del Gobierno porteño y jefa de gabinete de su Ministerio de Cultura. Ella es una gran conocedora de todo el mundo cultural y artístico de nuestro país y de España, y creemos que es una elección que va a ser muy beneficiosa para la institución.

-Toda la colectividad gallega, y en especial los socios de la entidad, están muy preocupados por el futuro del Centro Gallego. ¿Cuál es su mensaje hacia ellos?

Que nosotros no vamos a defraudar la confianza que tienen en la gestión y que nunca vamos a negociar o poner en venta el alma gallega que está presente entre estas paredes. Lo que sí vamos a hacer es redoblar esfuerzos, porque más allá de que podamos cometer errores, siempre seguiremos trabajando para sacar adelante la institución y cumplir con el deseo de los asociados, sobre todo los de mayor edad.