Sanidad prevé “un paso más” para evitar que se fume en los bares pequeños

La mayoría optó por permitir el tabaco con la nueva ley

Desde el pasado 1 de enero, está prohibido fumar en los centros de trabajo y existen importantes restricciones en bares y restaurantes. Sin embargo, los que cuentan con menos de cien metros cuadrados habilitados al público pueden decidir si su establecimiento es un espacio libre de humo o no. Salgado subrayó que los locales de ese tipo, que optaron mayoritariamente por dejar fumar a sus clientes, son los únicos existentes en muchas localidades y dijo que cualquier posible cambio en la legislación se haría con la colaboración de las Comunidades Autónomas.
Mientras, unos 300.000 españoles pidieron ayuda para dejar de fumar el pasado mes de enero, un cincuenta por ciento más que en diciembre pasado, según una encuesta de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria.
El estudio refleja que en la tercera semana de enero solicitaron ayuda para dejar de fumar una media de 1,8 personas por médico de familia y semana, lo que significa que en ese periodo unas 55.000 personas iniciaron una terapia para abandonar el tabaco. Los médicos consideran “muy favorable” el impacto de la ley para fortalecer la decisión de abandono del tabaco. De los 55.000 fumadores que iniciaron una terapia para dejar de fumar se espera que el treinta por ciento continúen en abstinencia tras un año.
Protestas de quiosqueros
Por otra parte, unos trescientos quiosqueros procedentes de toda España se manifestaron frente a la sede del Ministerio de Sanidad y Consumo en Madrid para reclamar que se permita la venta de tabaco en sus quioscos.
La prohibición establecida en la nueva ley supone para este colectivo un cuarenta por ciento de pérdidas, según afirmó el presidente de la Confederación Española de Vendedores de Prensa, Juan Vicioso. El seguimiento de la protesta fue desigual en España.
Precios
Por otra parte, la tabaquera hispano-francesa Altadis anunció una bajada de los precios de sus marcas, seis días después de la reducción de precios de su competidora Philip Morris y una semana después de que la propia Altadis decidiera subirlos, tras un aumento de los impuestos por parte del Gobierno central.