El proyecto, que añadirá tres nuevos edificios al actual, se ejecutará en cinco fases, y cuenta con una inversión de 108 millones de euros, a lo que habría que sumar las partidas que irán destinadas a su equipamiento. En total, las obras supondrán actuar sobre más de 140.000 metros cuadrados (86.000 de nueva construcción). El objetivo, explicó, es «conseguir una mayor calidad asistencial y una mayor rentabilidad del propio edificio».
Una vez que concluyan las obras, la Consejería de Sanidad mejorará las prestaciones del Clínico Universitario que pasará de tener 19 quirófanos a 22; de 40 salas y puestos de urgencias, a 64, de los que 13 serán para pediatría; de dos aceleradores lineales a cuatro; de una resonancia magnética a tres; dispondrá de un densiómetro (ahora carece de esta prestación), al tiempo que tendrá 130 consultas externas, por encima de las 99 actuales; 34 puestos de diálisis, frente a los 15 que hay ahora; 47 gabinetes funcionales, frente a 27, y 43 puestos de UCI, frente a los 26 que existen en estos momentos.
Además de este incremento de servicios, el Clínico contará con 785 camas, ocho más, de las que el 40% serán individuales; 48 camas de despertar de REA, y 78 puestos de hospital de día, frente a los 43 actuales. En este punto, el consejero destacó el aumento de puestos en hospital de día, ya que el centro asistencial se adaptará al concepto moderno de hospital del siglo XXI, donde la calidad se mide en función de los índices de rotación, de ahí el aumento de las camas de día para el incremento de la práctica de la cirugía mayor ambulatoria, principalmente.