Rodríguez Miranda transmite a los emigrantes el reconocimiento del pueblo gallego a su esfuerzo

El secretario da Emigración presidió la recepción oficial a los participantes en el programa Reencontros na terra

Antonio Rodríguez Miranda con los participantes en el programa Reencontros na terra.

El secretario xeral da Emigración de la Xunta de Galicia, Antonio Rodríguez Miranda, presidió en el Museo do Pobo Galego de Santiago de Compostela la recepción oficial a los participantes en la edición de este año del programa Reencontros na terra, en un acto en el que también estuvieron representantes del Patronato del propio Museo, y de la Consellería de Traballo e Benestar, que colabora en la iniciativa, y en el que también habló un representante de los propios gallegos de la diáspora.

En su alocución, Miranda transmitió el reconocimiento y cariño de toda la sociedad gallega al trabajo y esfuerzo realizado por las gallegas y gallegos del exterior a lo largo de las últimas décadas: “Esta Galicia actual y moderna que estos días veis, y que seguro que os está sorprendiendo, es fruto del trabajo constante de un pueblo orgulloso que no olvida sus raíces y tampoco olvida, bien al contrario, a las hijas e hijos  de la diáspora. Todo lo que os rodea es el resultado del sacrificio y el trabajo de todas y todos, de los que quedaron, y también, en gran medida, de los que os fuisteis para plantar la semilla de la Galleguidad al otro lado el mar”, aseguró el secretario general.

Reencontros na terra tiene por finalidad favorecer el acercamiento a su tierra y a sus familias de los emigrantes gallegos de más de 65 años de edad. Participan en esta edición un total de 135 personas procedentes de seis países latinoamericanos: Argentina, Uruguay, Venezuela, Brasil, Cuba y Paraguay.

77 años de media

Aunque todos los participantes son mayores de 65 años, condición sine qua non para beneficiarse del programa, la edad media supera ampliamente esta cifra, ya que se aproxima a los 77 años. Los cinco de mayor edad proceden todos de Argentina, destacando una persona que cuenta con 93 años.

Cerca del 40% de los participantes nacieron en la provincia de A Coruña, el 30 en Pontevedra, y se reparten el 30 restante entre las provincias de Ourense y Lugo. Destacan como municipios en los que nacieron más participantes Ponteceso y Vimianzo en la provincia de A Coruña; A Fonsagrada y Becerreá en la de Lugo; Ribadavia y Toén en Ourense; y Vigo y Silleda en la de Pontevedra.

La finalidad de esta iniciativa de la Xunta es que los participantes redescubran sus raíces, tanto de tipo cultural, social, gastronómico, o folclórico, como sobre todo familiar, poniéndose en contacto con la realidad de su país de origen y propiciando actividades que posibiliten el conocimiento de la Galicia actual, el encuentro con sus propias familias, y el intercambio de experiencias con el resto de los participantes. Las solicitudes fueron evaluadas siguiendo los criterios de percepción de la pensión asistencial por ancianidad del Estado español, y la edad del solicitante, según el baremo descrito en la correspondiente convocatoria publicada en el DOG.

Dos fases

El programa se desarrolla a lo largo de tres meses, con dos fases diferenciadas. La primera de ellas consiste en una estancia de dos semanas, en la Residencia de Tiempo Libre de Panxón, en régimen de pensión completa, desarrollando actividades recreativas y culturales adecuadas a los participantes, y con excursiones, en transporte colectivo, a distintos lugares para un mejor conocimiento de la Galicia de hoy en día. Incluye una visita a Santiago de Compostela con recorrido por la ciudad monumental, y recepción institucional. También realizarán diversas visitas a otras villas gallegas.

En cuanto a la segunda fase, esta consiste en una estancia con sus familiares de Galicia, con los que pueden estar hasta completar un tiempo máximo de tres meses. Se trata de un complemento a la estancia “oficial” que supone para muchos de los beneficiarios una oportunidad única de encontrar sus raíces más singulares y personales, y redescubrir los enlaces familiares dejados atrás, pero no por eso olvidados.