El español Fernando Alonso, con un motor muy inferior, fue tercero, y su compañero de escudería el británico Lewis Hamilton, rezagado en la salida por problemas técnicos en el coche, terminó séptimo. Las disputas internas en McLaren acabaron poniendo el triunfo en bandeja al piloto de Ferrari.
El inglés fue de inconformista y pagó la novatada. Líder con cuatro puntos sobre Alonso y siete respecto a Raikkonen y en segundo lugar de la parrilla manejaba todas las posibilidades y sólo un error o una avería le apartarían de entrar en la historia. Hizo lo primero, por querer superar a un Alonso que le había ganado la plaza en la contracurva inicial.
El asturiano luchó hasta el final y sólo dijo adiós al tercer título consecutivo cuando restaban veinte giros, momento en el que el brasileño Felipe Massa, a pesar de querer ganar en su país, ‘cedió’ a Raikkonen, compañero de escudería, la necesaria primera plaza para conquistar el título. Ferrari sí actuó como equipo y sacó provecho de ello.
La acción de Hamilton, propia de un debutante y no de un líder, no fue únicamente perjudicial en cuanto a posiciones sino respecto a su monoplaza, que por el impacto de la salida vio dañado su cambio. Hamilton, en un visto y no visto, se marchó a los puestos traseros desde los que tendría que remontar una vez solucionado este percance y con un cambio de estrategia de dos a tres paradas.
A Hamilton le bastaba con ser quinto si Alonso no ganaba la carrera, pero acabó sexto. Alonso podía ser segundo, pero su motor era claramente inferior que el de los ferraris y no tuvo más remedio que esperar un fallo o una avería de Raikkonen o Massa que no llegó.
McLaren termina el Mundial con un gran ridículo, perdiendo un campeonato de conductores por esta absurda pugna interna y el de escuderías por los puntos que le quitaron debido al caso del espionaje a Ferrari.
Raikkonen, subcampéon del mundo en 2005, por detrás de Alonso, demostró una vez más ser de hielo finalizada la carrera. Por algo lleva grabado en su casco ‘Iceman’. No hubo ninguna demostración exagerada de su entusiasmo, ningún salto en el podio. Tan sólo un poco de cava.
En la rueda de prensa posterior a la prueba, Alonso aseguró que Raikkonen “ha hecho un gran campeonato y sólo me queda felicitarle por su triunfo”. Sobre su papel, dijo: “Acabar con cuatro victorias, tercero y a sólo un punto del campeón es para estar contento”.
Al hablar de Hamilton, que llegó como líder a la última carrera, comentó: “Siempre que pierdes un campeonato miras las razones o dónde lo has perdido, pero sin duda alguna que Hamilton lo perdió en China más que aquí, porque aquí esto puede pasar. En China es un error más o menos imprevisto. Y yo seguramente perdí el campeonato en otras carreras, quizás en Hungría, en Japón, en Canadá… y siempre estás con esas cuentas que no sirven de nada. Al final el que hace más puntos en la última carrera se merece el campeonato y este 2007 han sido Ferrari y Kimi Raikkonen”, explicó.
Hamilton dijo que “con un poco de suerte” podría “haberlo logrado. Llegué a la carrera pensando: pase lo que pase, ha sido un año fenomenal. Quién iba a pensar que iba a llegar a la última carrera como líder del campeonato”.
El británico felicitó a Raikkonen por su título: “Se lo merece, porque ha hecho un gran trabajo todo el año. En esta última carrera los dos ferraris han andado muy fuertes y no hemos podido estar cerca. Desde luego cuando alguien consigue un mundial tan complicado como el de Fórmula 1 es que se lo merece porque nadie gana una cosa así por casualidad”.
Recurso desestimado
La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) desestimó el recurso de McLaren contra Nico Rosberg (Williams), cuarto; Robert Kubica (BMW-Sauber), quinto; y Nick Heifeld (BMW-Sauber), sexto, por supuestas irregularidades con su combustible, que no puede estar más de 10 grados por debajo de la temperatura ambiente. Si a los pilotos los hubieran castigado con puntos, el novato británico Lewis Hamilton habría pasado del séptimo al cuarto lugar de la carrera y eso habría sido suficiente para que ganara el campeonato.