Rafael Torres recuerda a quienes emigraron a Europa en el libro ‘Adiós mi España querida’

“¿Qué memoria tenemos de aquel éxodo?”, se pregunta el periodista Rafael Torres, autor de ‘Adiós mi España querida’, un libro publicado en La Esfera de los Libros que reúne veinte testimonios de personas que sufrieron el “exilio económico”.

A su juicio, la memoria que quedó fue la del NO-DO con la imagen de las visitas de la sección de coros y danzas de la sección femenina a las casas españolas de Bruselas o Lucerna, pese a que “no hay familia que no tenga a un emigrante en su seno”. A pesar de “la indiferencia y la desmemoria”, la emigración es tan actual que solo a partir de 2004 las remesas de los emigrantes españoles fueron superadas por las que los inmigrantes extranjeros en España envían a sus países.
“Es demasiado tarde para hacerles el mejor homenaje a nuestros emigrantes”, reconoce Torres, quien lamenta que se perdiera la oportunidad de, a su regreso, “haber utilizado todo lo que habían aprendido”. “La mayoría se fue sin cualificar y en Francia, Suiza o Alemania aprendieron oficios muy especializados que no se les convalidó a su vuelta”, añade el periodista.

El regreso de Alemania, Francia, Bélgica o Suiza fue “difícil”, sostiene Torres, porque habían conocido el respeto y creían que solo esfuerzo les haría progresar, pero “se encontraron con un país en el que primaba el amiguismo o la mediocridad” y que “sepultó” su testimonio “en el vendaval de la transición democrática”.”La patria de uno está en aquel lugar en el que recibes cariño, trabajo y respeto”, concluye Rafael Torres.

Desechado el tiempo de los honores, el homenaje a esa “epopeya trágica, y divertida a veces, sería comportarnos con humanidad” con los inmigrantes que han llegado a España en la última década “y no limitarnos a explotarlos de la manera más atroz”, opina Torres.”Si no se recuerda y se olvida el testimonio de nuestros emigrantes, no se vive y se carece de inteligencia”, apunta.