El español doblegó al número 1 en su torneo preferido e inauguró, con esta victoria, una nueva era para este deporte en España. El zurdo de Manacor mostró su perfil más descarado ante el primer favorito para lograr una victoria épica por 6-4, 6-4, 6-7 (5), 6-7 (8) y 9-7.
Ante un auditorio extasiado, entre el que se encontraban los Príncipes de Asturias y el sueco Bjorn Borg, Nadal hizo historia y marcó las reglas del comienzo, quizá, de una nueva etapa en la que los españoles imponen su voluntad también en la superficie de césped. Lo que quedó patente en la Central es que el ránking no fue un reflejo fiel. La lucha de titanes la resolvió el mejor jugador. Y no sólo Nadal ganó la batalla táctica, sino que además se impuso en la mental, ahí donde se le puede hacer más daño a Federer.
Al juego limpio, calculado y elegante del suizo le faltó precisión y efectividad. Federer erró. Y lo hizo en momentos clave. Y por cada flaqueza del helvético, aumentó la garra del español. Ante una Central dividida con gritos de “España” o “Come on Rafa” frente a los “I love you Roger”, un Nadal cada vez más fuerte imponía su autoridad a cada golpe ganador ante un Federer menos seguro, menos abrumador, con fallos poco habituales en momentos definitorios.
Nadal aprovechó su única oportunidad de rotura en el primer set para hacer mella psicológica en el número 1, que no supo convertir ninguna de las tres ocasiones que tuvo en bandeja para romperle el saque a su rival. En 48 minutos, fue el español el que remató el parcial con un 6-4.
Contrariado, el helvético llegó a tener una ventaja de 4-1 en el marcador del segundo set, que fue salvando el campeón de París que le devolvió la rotura a Federer en el séptimo juego hasta equiparar a 4 para destrozar otra vez el saque del helvético y tomar ventaja en el 4-5. El balear perdió un punto de set, pero otro error al resto que cometió el suizo dio otra oportunidad a Nadal, quien rubricó el parcial por 6-4 mientras el suizo malgastó 6 ocasiones de rotura en esta manga.
Interrupciones
La lluvia marcó el tercer set, al interrumpir el parcial con 5-4 a favor de Federer. El duelo se reanudó 1 hora y 20 minutos después, con saque del español para igualar 5-5. Tras el 6-6 y forzar el desempate, Nadal salvó 2 puntos de set pero resolvió el suizo con 7-6 (5).
En el cuarto set, muy igualado, Federer no dejaba de mirar al cielo. Pero esta vez no le hizo falta la lluvia. También hubo que buscar respuesta en el desempate, donde el mallorquín remontó un punto de set en contra pero desperdició 2 puntos de partido para dar el parcial al helvético que igualó en el marcador.
Volvió la lluvia para aumentar la tensión en la Central y tras el parón, Federer mostró una cara opuesta, la del campeón. Cada vez más cerca de su sexto trofeo, el suizo peleó cada punto. En el octavo juego, tuvo en su mano un punto de rotura que logró salvar el español con dificultad.
Nadal tuvo dos ocasiones de romper a Federer en el undécimo juego que se le escaparon. Más oportunidades perdidas. Remontó Nadal, que necesitó hasta 4 puntos de partido para llevarse el duelo y que consiguió romper el saque del helvético en un momento crucial para rematar con 8-6 la última manga de una final histórica.
Al fin, 42 años después de Manuel Santana, 14 después de Conchita Martínez, un español triunfó en la pista central de Wimbledon. Y lo hizo en la final más larga de la historia del torneo, 4 horas y 46 minutos, y ante el, para muchos, mejor jugador de todos los tiempos, el pentacampeón del torneo, Roger Federer.
Con su triunfo histórico, Nadal se convierte en el español con más títulos de Grand Slam. Suma cinco copas, una más que Santana y Arantxa Sánchez Vicario. Además, se une a Rod Laver y Bjorn Borg como únicos tenistas en la ‘era profesional’ capaces de conquistar Roland Garros y Wimbledon en un mismo ejercicio.
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El partido más emocionante de su vida, para el mallorquín
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El campeón de Wimbledon, el español Rafael Nadal, admitió que había jugado “el partido más emocionante” de su vida, tras vencer en la final a Roger Federer en 4 horas y 48 minutos y observó que no se siente número 1 porque no lo es. De este trofeo, Nadal reconoció que para él era “especial totalmente”. “Es mi quinto ‘grand slam’, estoy muy feliz por eso y especialmente porque es Wimbledon, donde había tenido dos finales, sobre todo la del año pasado, muy cerca. No era una espina pero es una cosa que tienes en la cabeza”.
Preguntado si pasó apuros para salir adelante después del cuarto set, respondió: “Yo me sentía jugando bien y sentía que había tenido un poco de mala suerte. Sólo he perdido una sola vez el saque en todo el partido y es muy poco en un partido tan largo. Y es la final de Wimbledon”. “Mi único objetivo (durante la final) era estar concentrado y positivo en todo momento y que me iba a casa sabiendo que había dado todo y con la actitud necesaria”, señaló.
Admitió que la victoria no sabía mejor por haber sido Federer su rival. “El premio -explicó- es ganar el título” pero señaló que lo había hecho “ganando al número 1, probablemente al mejor de la historia, o casi, habiendo ganado aquí, en un partido dramático, el partido más emocionante que he jugado en mi vida”.