Añadió que “la nuestra es una gran nación, y a veces las grandes naciones se olvidan de que lo son y se dedican a las cosas pequeñas. No quiero que esto vuelva a suceder”. Según Rajoy, “no habrá sectarismo, rencillas pequeñas ni divisiones artificiales”.
El momento más álgido del discurso en el balcón de la calle Génova fue cuando el líder del PP aseguró que “lo mejor” que tiene España son los “46 millones de españoles” que serán los que consigan “dar la batalla a la crisis”. En ese momento, los miles de militantes y simpatizantes ondearon con más fuerza, si cabe, sus banderas y proclamaron gritos como “Yo soy español, español” o “presidente, presidente”. En su primera comparecencia como presidente del Gobierno, Mariano Rajoy no se quiso olvidar de Europa. Según indicó, la voz española tiene que volver a ser respetada en Bruselas. Rajoy aseguró en este sentido que “seremos el más cumplidor y vigilante de los países de la Unión”.