Presentan en la capital cubana el libro ‘El fútbol y los clubes españoles de La Habana 1911-1937’

Del historiador Santiago Prado Pérez, está publicado por la Fundación Fernando Ortiz

Santiago Prado y Carlos Venegas.

La actividad, en la que se dio a conocer este nuevo aporte de la Fundación ‘Fernando Ortiz’ a la historiografía cubana, estuvo presidida por la cónsul adjunta de España en Cuba, Leticia Pico de Coaña Suárez, la presidenta de la FAAC, María A. Marcos Alonso, y Miguel Barnet Lanza, presidente de la Fundación Fernando Ortiz y de la Uneac.

También se encontraban presentes, numerosas personalidades del mundo del deporte, la cultura y la emigración española, así como una amplia representación de la prensa nacional y deportiva.

Presentación

La presentación estuvo a cargo del historiador Carlos Venegas Fornias, quien destacó la meritoria labor del autor al incursionar en un tema tan poco conocido y estudiado y en el cual logró poner en contexto desde sus primeros capítulos “el panorama social en el cual la emigración se apodera del fútbol y lo convierte en una actividad representativa de la identidad regional y española”.

El fútbol habanero -dijo Venegas- se transformó en la más popular y actualizada de las manifestaciones que integraban la hispanidad, esa nueva figura ideológica que vino a sustituir los viejos paradigmas coloniales hispanos, por una universalidad del modo de ser español; una tendencia a glorificar lo hispano que acompañaba el establecimiento de las nuevas oleadas de emigrantes hacia América, sin distinción de particularidades regionales, neutral en la política y basada en un ambiguo concepto de raza que iba más allá de lo físico, y que tenía mucho que ver con imágenes que se deseaba encontrar en todo el que llegaba a trabajar en el país como la laboriosidad, la honradez, el catolicismo, la tolerancia étnica. El éxito en la práctica deportiva no fue ajeno a estos paradigmas y por esto se enarboló eficazmente como bandera de la emigración”.

También hizo referencia a lo que el autor denomina en la obra como ‘La Habana española’, “especialmente porque establece la magnitud que alcanzó la participación del inmigrante español en el campo del espectáculo masivo, donde el fútbol fue parte integral de la fiesta urbana, de los grandes bailes y celebraciones patrióticas, de los concursos, de los banquetes, de la reuniones, y de esa forma de distracción semanal que en el texto se denomina como la gira. La Habana, en los años que abarca esta investigación, fue el escenario más apropiado para el contacto civilizatorio del emigrado español rural con el mundo de los adelantados y de las costumbres de la vida moderna. Quizás en ninguna otra ciudad de las Américas se brindaron a los españoles recién llegados más facilidades, más oportunidades de participar en asociaciones y tuvo la oportunidad de ver materializada su acción civil en la construcción de un entorno urbano monumental, desde los elegantes palacios regionales, tal vez solo superados por los de Buenos Aires, los estadios deportivos, hasta las grandes clínicas mutualistas”.

Intervención

Santiago Prado agradeció, por su parte, “el profundo análisis de su obra” hecho por el presentador, así como también mencionó a todas las personas e instituciones que hicieron posible la presente edición, en especial a la Fundación Fernando Ortiz.

Entre los emigrantes destacó los aportes hechos por el fallecido, Constantino Díaz Luces. “Sin sus precisos testimonios acerca de La Habana española de los años veinte y treinta del siglo pasado no hubiera emprendido este trabajo. Él, fanático aficionado al fútbol, me describió todo lo relacionado con el mundo de ese deporte y me narró innumerables aspectos del ambiente de las sociedades hispanas de la época”.

Al referirse al tema central de su obra manifestó: “Abordar la historia del fútbol en La Habana me ha resultado de vital importancia para entender la capacidad que desarrollaron los españoles en la asunción de los más disímiles protagonismos sociales. Las sociedades o clubes deportivos especializados en el fútbol fueron expresión de una nueva etapa de organización social hispana, al dedicar absolutamente el tiempo libre a las actividades deportivo-recreativas. Nacieron prácticamente al margen de las existentes sociedades que se dedicaban a la beneficencia, la protección mutua, la salud, la educación o a la ayuda al lejano terruño”.

El autor

Santiago Prado Pérez de Peñamil (La Habana 1949) es Licenciado en Historia del Arte y miembro de la Uneac así como documentalista de la televisión cubana, conferenciante, emérito del ICRT. Abordó en varios de sus proyectos como documentalista la presencia de la emigración española en Cuba. Es autor de publicaciones sobre el tema en Cuba y en España. Su ensayo ‘Soccer in the Cuban Republic’ ha sido incluido en la Enciclopedia Cuba, publicada en los Estados Unidos.

La obra

‘El fútbol y los clubes españoles de La Habana 1911-1937. Asociacionismo y espacios de sociabilidad’ fue editada  por la Fundación ‘Fernando Ortiz’ en su colección ‘La Fuente Viva’, y contó con el financiamiento del Cleric.

Ofrece en sus 314 páginas, 20 capítulos y 2 anexos y una numerosa bibliografía. La edición y el diseño estuvieron a cargo de Guadalupe Rouco y Lázaro Prada, el prólogo del doctor Ricardo Quiza y la bella impresión y encuadernación se realizó en Valencia, España.

El texto aborda, entre otros aspectos, la impronta etnocultural de la práctica del fútbol que introdujeron los emigrantes hispanos asentados en la capital, las visitas de equipos extranjeros ,las giras de los clubes del país al exterior, así como los campeonatos efectuados y los trofeos que se discutían. Su autor se distancia del usual enfoque tecnicista y anecdótico del tema deportivo y profundiza en las circunstancias económicas, sociopolíticas y culturales que incentivaron el ambiente futbolístico de la época.

Basada en una minuciosa investigación histórica, el libro aborda la inserción de los españoles en las lides futbolísticas desde el inicio de este deporte en la ciudad, y las sociedades deportivas creadas por ellos, las que desplegaron una gran actividad creativa en La Habana para mantener movilizada a la gran masa de españoles en cada una de las numerosas competencias y festividades que realizaron durante muchos años, y poder conservar viva su vinculación con España.

También destaca el autor cómo desarrollaron una perfecta capacidad de organización para copar las distintas federaciones creadas, otorgar trofeos, promocionar en la prensa el desarrollo futbolístico, apropiarse de nuevos espacios públicos, realizar concursos y prevalecer como mecanismo de control social en el ambiente urbano. El libro también introduce el comienzo de los cubanos en la práctica del fútbol.