El partido Podemos ganó en las Islas Baleares entre los residentes en el extranjero censados en esta Comunidad. Pero lo hizo por un estrecho margen. De hecho, tan solo 15 votos le separaron del Partido Popular. Los de Pablo Iglesias obtuvieron 126 votos, el 21,9 por ciento, por los 111 del PP, el 19,3 por ciento. El Partido Socialista no pasó de un escaso 14,3 por ciento, 82 votos, y Més per Mallorca -una mezcla de partidos de izquierda- obtuvo 64 sufragios, el 11,1 por ciento de los votos del exterior.
Socialistas y populares han perdido en estos comicios buena parte del apoyo logrado de la diáspora en 2011. El PSOE pasa del 34,7 por ciento de apoyo al 14,3, y el PP del 37,8 por ciento al 19,3. Un descenso bastante importante en ambos casos.
Y, al igual que en las restantes comunidades autónomas, en las Islas Baleares la aplicación a partir de 2011 de la nueva normativa del voto exterior ha producido un descenso alarmante de la participación. En las elecciones de 2007 votaron un 22,7 por ciento de los censados, es decir, se recibieron 2.386. En los comicios de 2011 la participación bajó al 3,8 por ciento y votaron solamente 571 personas cuando el censo se había incrementar en más de cuatro mil al pasar de 10.469 inscritos en 2007 a 14.745 en 2011. Y ahora la participación ha descendido al 2,7 por ciento, con 575 sufragios de un total de 21.471 inscritos. Unas cifras de escándalo.