La Consellería de Pesca modificó la clasificación sanitaria de la ensenada y la convirtió en zona C para prohibir la recogida de bivalvos tras obtener los resultados de las últimas analíticas de las aguas por parte del Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia.
Estos estudios revelan un exceso de coliformes que, según la Xunta, anulan las condiciones sanitarias de los moluscos para el consumo. Esta medida provisional afecta también a la parte interna de la ría de Pontevedra y a la del Burgo, en A Coruña.
El cierre de la bahía al marisqueo deja sin trabajo a un total de 90 personas, 35 de ellas faenan a pie y el resto, a bordo de 27 embarcaciones. Según datos de la Cofradía de Pescadores de Baiona y de la agrupación de mariscadoras de la zona, gran parte de sus ganancias suponen un aporte importante a las economías familiares o sostienen hogares al completo.
La consellería que dirige Carmen Gallego resta importancia a los desajustes económicos de los afectados y recuerda que existe un convenio con las mariscadoras a pie desde las riadas de octubre para el que se han destinado 120.060 euros. Este acuerdo establece que las trabajadoras remuevan el sustrato sobre el que marisquean para evitar los efectos negativos de la inactividad sobre los bancos marisqueros durante 9 días al mes. Por cada jornada de trabajo, la Xunta les abona 75 euros, informa el departamento de Pesca.
El portavoz de Pesca del Grupo Popular, José Manuel Balseiro, denunció que la CE publicó en noviembre un listado de países que, con zonas de producción con condiciones sanitarias similares, sí podrán comercializar pescado y marisco en Europa mientras zonas de marisqueo de Galicia no pueden vender el marisco directamente por la negativa de la Xunta a continuar una gestión iniciada en la anterior Legislatura.