La iniciativa fue respaldada por seis grupos parlamentarios, pero no cuenta con el apoyo de PP, PNV e IU, que se oponen a algunas de las modificaciones acordadas por el resto de las fuerzas políticas.
El objetivo es que la reforma, que contempla un endurecimiento de las penas por sobrepasar los límites permitidos de alcohol y velocidad y fija nuevos límites, esté aprobada en este periodo de sesiones y sea aplicada este mismo año. En concreto, establece que sobrepasar los 200 kilómetros por hora en autopista, 180 en una carretera convencional y 110 en zona urbana podrá ser castigado con una pena de prisión de tres a seis meses, la misma pena que se aplicará a quien conduzca un vehículo con una tasa de alcohol en sangre superior a 1,2 gramos por litro.
Igualmente, se considerará un delito penal conducir un vehículo habiendo perdido todos los puntos del carné, supuesto que será castigado con tres a seis meses de cárcel y la privación del derecho a conducir por un tiempo de entre uno y seis años. Además, será castigado con penas de prisión de seis meses a dos años el conductor que “con temeridad manifiesta” ponga en peligro la vida o la integridad de las personas, y la pena será de dos a cinco años de cárcel si el conductor actúa de esa forma “con consciente desprecio por la vida de los demás”.
La colocación de obstáculos en la vía o derramar sustancias deslizantes que puedan ocasionar riesgo para la circulación podrá ser sancionado con trabajos en beneficio de la comunidad que pueden oscilar entre los diez y los 40 días. La proposición de ley incluye una disposición adicional en la que se pide al Gobierno que impulse una revisión de la señalización vial para adecuar los limites.