«No se pueden quedar sin ayudas las personas en situación de necesidad», afirmó Rodríguez Miranda en Montevideo

El secretario da Emigración visitó el Hogar Español en la capital uruguaya, el Centro Bergantiños, el Centro Gallego y se reunió con los presidentes de todas las entidades gallegas en la Casa de Galicia

El secretario da Emigración en el Centro Bergantiños.
Recibido en Casa de Galicia por el presidente de la Unión de Sociedades Gallegas y el secretario y el presidente de Casa de Galicia.
El secretario da Emigración con los presidentes de las instituciones gallegas del Uruguay.
Rodríguez Miranda en el Hogar Español.

«Si tenemos que ayudar menos a alguna fiesta, pues se tendrá que quedar la fiesta sin ayuda, pero las que no se pueden quedar sin ayudas son las personas en situación de necesidad. Por lo tanto, si en algún momento hace falta además de la aportación que ya tenemos comprometida y que firmaremos para que quede constancia, hay alguna necesidad especial, pues cuenten con nosotros y no duden en trasladarlo porque de algún lado tendremos que sacar para echar esa mano que haga falta”, aseguró el secretario ante la junta directiva del Hogar Español donde, además del delegado de la Xunta, Manuel Barros, también le acompañó el consejero de Empleo y Seguridad Social, Andrés González, y el embajador español, Roberto Varela, ambos gallegos.

El secretario se quedó sorprendido ante la entidad llamada de buque insignia de la colectividad española en Uruguay que actualmente tiene 178 residentes, de los que 90 están postrados, lo que hace que los funcionarios sumen 130.

El presupuesto del Hogar, según informó su presidente Benito Grande, tiene un déficit mensual de 19.000, el cual se ha logrado disminuir al alquilar un piso de la residencia a las mutuas Casa de Galicia y La Española, al tiempo que procuran ahora cubrir las 30 plazas restantes que aún tienen, con residentes que abonen una mensualidad acorde con los servicios que reciben.

Para muestra de lo enorme de la institución, Grande recordó que la gestión del embajador Roberto Varela con la compañía del gas, logró disminuir en un 11% el precio que le cobraban. “Nosotros gastamos 20.000 euros mensuales de mayo a agosto tan solo en calefaccionar las instalaciones”, aseguró.

Tras culminar la reunión con la directiva, el secretario xeral recorrió las instalaciones encontrándose con varios residentes gallegos que le demostraron su cariño y le explicaron que estaban preparando los jardines del Hogar para la romería que atrae a dos millares de visitantes que de esta forma colaboran un poco con las finanzas y sobre todo con el cariño que le demuestran a los residentes.

Tras su estancia en el Hogar Español, Rodríguez Miranda se trasladó a la cercana sede del Centro Bergantiños, donde su presidente José Pena le recibió junto a todos los directivos. Luego se dirigió a la Embajada de España, donde el embajador de España, Roberto Varela, organizó un almuerzo con la directiva de la Asociación de Empresarios Gallegos del Uruguay, para que pudieran intercambiar ideas con Rodríguez Miranda.

Ya al caer la tarde montevideana, recorrió las instalaciones del Centro Gallego de Montevideo, su sede céntrica declarada patrimonio de Galicia, para luego reunirse en forma privada con el presidente de Casa de Galicia, Manuel Ramos, y culminar con un encuentro con todos los presidentes de las instituciones gallegas de Uruguay.

Pidió esfuerzo para la unión

La reunión con todos los presidentes y varios dirigentes de todas las instituciones gallegas de Montevideo, se llevó a cabo en la sala de sesiones de Casa de Galicia y estuvo presidida por el presidente de la Unión de Sociedades Gallegas del Uruguay, Carlos Barcia, y su secretario, Eduardo Alonso, quienes agradecieron la presencia del nuevo secretario de Emigración.

Justamente éste, explicó que “estamos en un momento que es necesario que las instituciones gallegas sean instituciones de referencia, como es el caso de esta casa (Casa de Galicia de Montevideo)”, subrayando que “para eso es necesario que estemos todos juntos, es necesario que busquemos esas instituciones que cada día sean capaces de darle la mayor cantidad de servicios a las personas que forman parte de ella y ser continuadores de esa historia».

«No nos podríamos perdonar en este momento que por individualismo, por personalismo o por falta de visión a largo plazo, pudiera haber instituciones que a lo largo del tiempo fueran desapareciendo”, remarcó.

Rodríguez Miranda les pidió “lo mismo que hizo en su momento nuestro presidente (Núñez Feijóo): que trabajemos todos juntos, que cada día en la medida que podamos nos unamos para ser más fuertes y hacer entidades de mayor referencia».

«Tenemos que hacerlo por nuestros gallegos de a pie, por nuestros socios, por nuestros vecinos, por los que estuvieron antes e hicieron un trabajo gracias al cual hoy estamos aquí. Pero sobre todo tenemos un compromiso con el futuro, con nuestros hijos y nuestros nietos para que dentro de cien años pueda haber instituciones cumpliendo no cien sino doscientos años”, concluyó.

Una comisión de cinco presidentes

El secretario xeral da Emigración debió aclarar que la Xunta no está obligando ni diciendo qué es lo que deben hacer, al tiempo que el embajador Varela les pidió a los presidentes que reflexionaran la potencia que podría tener los 42.000 gallegos residentes en Uruguay si se unen como una sola entidad.

Esta reacción se debió a que Carlos Barcia, el presidente de la USG solicitó que la Xunta no vuelva a tener la misma actitud de “desconocer a la Unión de Sociedades Gallegas del Uruguay”, reafirmando que las doce instituciones están trabajando juntas con diferentes opiniones que no hacen más que engrandecer sus acciones conjuntas. Es que recordó la última reunión del Pleno de Comunidades Gallegas donde el Centro Gallego rompió el trato de representatividad que mantenían en la USG y para ello contó con el apoyo de la Secretaria de Emigración, según denunció.

Los dichos provocaron una reacción en un tema tan complicado como es la fusión de las entidades, llevando al presidente del Centro Pontevedrés, Valentin López, a calificar de elitistas a los socios del Centro Gallego, cuyo presidente, Jorge Torres, le espetó que no los conocía.

La rispidez se aflojó cuando el presidente de Casa de Galicia, Manuel Ramos, planteó la idea de formar una comisión de cinco presidentes que trataran la formación de una Federación u otro tipo de asociación para nuclear a todas las instituciones gallegas para “manteniendo su identidad” conformar una sola que las agrupe a todas.