El empresario de nacionalidad española Wilmer Carballo, de 34 años, fue asesinado el lunes 24 de febrero de un tiro en la cabeza en la puerta de su casa en Cagua, estado Aragua, en el centro de Venezuela, cuando defendía, junto a sus vecinos, su urbanización, amenazada por un grupo de motorizados que estos días imponen el pánico en Cagua, gobernada por el general Eusebio Agüero.
Muy vinculado a la comunidad canaria, Carballo participó en la romería de la Virgen de la Candelaria, que reúne a las centenares de personas que conforman el colectivo insular. Casado y con dos hijos, de 17 (estudiante en Philadelphia) y de 10 años, el comerciante asesinado regenta un restaurante de sushi junto a su mujer (hija de tinerfeño y de gallega, de Santiago) en Cagua y un comedor en la ciudad de Valencia.
Este asesinato ha llenado de indignación a la comunidad canaria y a buena parte del municipio de Cagua, donde era muy conocido. Un comentario de su alcalde, el general Agüero, vía twitter («Así es compañeros de Tupamaro, todo el apoyo revolucionario de esta alcaldía para con ustedes»), encrespó aún más los ánimos.