Miras Portugal asistió a la cena de gala con la que finalizaron los actos por el 50 aniversario del Hogar Español de la capital uruguaya

El director general de Migraciones elogió a los socios fundadores de la entidad

El director de Migraciones con los miembros del CRE de Montevideo.
Miras Portugal y José Domínguez.
Reunión de Miras Portugal con directivos del Hogar.
Los directivos del Hogar Español y el director de Migraciones recibieron la placa entregada por el Centro Gallego.

El sábado 26 de abril tuvo lugar el último festejo programado de los actos conmemorativos del 50 aniversario del Hogar Español de ancianos de Montevideo. A la cena de gala que se celebró en el polideportivo de las instalaciones del Centro Gallego en Carrasco asistieron el director general de Migraciones, Aurelio Miras Portugal, del delegado de la Xunta de Galicia para el Río de la Plata, Alejandro López Dobarro, así como también del cónsul general, Eduardo de Quesada, el consejero de Empleo y Seguridad Social en Uruguay, Andrés González Murga, directivos de todas las instituciones españolas y quienes quisieron colaborar con el evento.

Los músicos ‘Os de antes’, una mini banda de gaitas de veteranos emigrantes, amenizó la velada, que además contó con la participación musical de una discoteca variada que hizo bailar a muchos, incluyendo a los ancianos que residen en el Hogar y esa noche también participaron de la fiesta.

Respaldo y apoyo al Hogar

Además de los himnos, uruguayo y español, la parte protocolaria fue cumplida estrictamente haciendo uso de la palabra el presidente del Hogar Español, Ángel Domínguez Castro, quien luego de agradecer su presencia a todas las autoridades presentes confesó no encontrar “palabras para expresar mi admiración y respeto por aquellos españoles que tuvieron la brillante idea de crear un hogar acogedor para los que por distintos motivos necesitaban un lugar donde vivir una vejez digna y contenida, pues el hecho de estar lejos de la tierra que los vio nacer, y en general rodeados de pocos familiares, les hacía propensos a sumergirse en la tristeza y el hastío”.

También aseguró que “desde su fundación en 1964 hubo personas que brindaron respaldo y apoyo a esta institución, ya que sintieron este emprendimiento como una causa noble y representativa de la colectividad española en el Uruguay”.

Precisó que “el Hogar de que hoy disfrutan nuestros residentes, se ha logrado gracias al apoyo incondicional del Gobierno español, a las distintas Autonomías, autoridades y Consejo Directivo que han estado pendientes en todo momento del buen funcionamiento de la institución; así como de las personas y empresas, que en forma anónima apoyaron y contribuyen día a día”.

Por otra parte, señaló que “es mi intención y de quienes me acompañan en la Junta Directiva, hacer al Hogar Español autosuficiente, es decir, que pueda financiarse con recursos genuinos propios para evitar así pasar zozobras económicas y esperando ayudas de España que muchas veces no se cristalizan”.

Domínguez pidió asimismo a los presentes que “vean al Hogar Español como la casa en la cual cuando cumplimos un ciclo de vida podamos ir y nos encontremos cómodos junto a nuestros pares, y podamos establecer un diálogo con todas las personas que allí conviven y hablar de nuestras aventuras e inquietudes que vivimos en este bendito país”.

Mensajes de las autoridades

Luego fue el cónsul general, Eduardo de Quesada, quien hizo uso de la palabra en representación del embajador Roberto Varela, que se excusó de asistir por estar viajando.

Fue en ese momento que explicó que “dentro de unos 25 años no habrían ancianos que acoger en el Hogar de acuerdo con los estatutos actuales”, es que solamente los emigrantes nacidos en España pueden acceder al centro, o sus cónyuges de otra nacionalidad.

De Quesada fue tajante en afirmar que “creo que siempre va a haber personas acogidas al centro”, pronosticando que “habrá que cambiar los estatutos”. También recordó que el Hogar estuvo cercano al cierre pero “el esfuerzo, la perseverancia y el convencimiento de que teníamos todos que arrimar el hombro y hacer un esfuerzo suplementario para mantener abierta esta institución que no en vano ha sido calificada como el buque insignia” de la colectividad.

El director general de Migraciones, Aurelio Miras Portugal, se dirigió al auditorio destacando hay que estimular la conciencia de todos hacia el Hogar, para aumentar el apoyo a la institución, y se refirió a José Caso Vigil -que estaba presente- y José Arijón, “socios fundadores del Hogar que en el año 1964 tuvieron un sueño y lo hicieron realidad”. Miras elogió su iniciativa, adelantada a su tiempo “ya que no había en Uruguay centros para mayores”.

Además, rogó a todos los presentes que “nos impliquemos muchísimo más con lo que es el Hogar. No digo esto como una llamada de auxilio, sino como un llamado al orgullo que tenéis los españoles y los uruguayos por esta institución”.

“Yo brindaría por los jóvenes, porque el día de mañana ellos también serán mayores y porque los mayores de hoy ayer fueron jóvenes. Que tengamos una feliz noche y sobre todo que este verso se convierta en realidad y pongamos la plata para apuntalar lo que es el Hogar”, concluyó.

Otras reuniones

Acerca de este rogatorio poco pudimos conocer, ya que el director amablemente explicó que no realizaría declaraciones y tal hermetismo también se mantuvo sin que trascendiera las conversaciones que mantuvo en privado con las autoridades del Consejo de Residentes Españoles que preside Andrés Ferreira, así como también con la Junta Directiva del Hogar Español el viernes 25 de abril, y una posterior del sábado por la mañana con directivos de la Unión de Sociedades Gallegas del Uruguay y Federación de Instituciones Españolas en la sede central del Centro Gallego de Montevideo.

La fiesta del Hogar Español, falta señalar, culminó con la entrega de plaquetas del Centro Gallego y el Club Español a la institución por sus festejos, así como también entregó una pequeña bandeja “de alpaca, porque el presupuesto no da para más” el propio director general de Migraciones, Aurelio Miras Portugal.