Miles de personas se concentraron en la plaza de Cataluña de Barcelona a favor de la unidad de España y contra la secesión catalana como acto para celebrar el 12 de octubre en Cataluña, un mes después de la manifestación independentista de la Diada.
Organizada a través de las redes sociales por el movimiento ciudadano De España y Catalanes, que se autodefine como “apolítico, plural y libre”, la marcha congregó según este movimiento a unas 100.000 personas, 65.000 según la Delegación del Gobierno y 6.000 según la Guardia Urbana. Los organizadores calificaron a los asistentes como una pequeña representación de la “Cataluña silenciosa”, la que hasta ahora no se ha expresado ni manifestado en la calle y que ansía “seguir siendo española”.
La presidenta del Partido Popular de Cataluña (PPC), Alicia Sánchez-Camacho, que participó en la concentración junto a la plana mayor del PPC, calificó la movilización de “lección” para Artur Mas, pues “miles de personas le reclaman que no rompa la convivencia”. “Mientras Mas quiere dividir y separar, nosotros queremos sumar, porque de esa manera conseguiremos salir de la crisis”, afirmó Sánchez-Camacho.
Más deuda y discrepancias en el PSC
Mientras mantiene su desafío separatista, la Generalitat no dudó en pedir otros 410 millones de euros al Estado para poder pagar los colegios y los hospitales públicos, que eleva su solicitud total a 5.433 millones, de los que Cataluña ya ha recibido 1.039 millones.
Paralelamente, se agravaron las discrepancias en el principal partido de la oposición puesto que el histórico socialista Ernest Maragall rompía el carné del PSC y anunciaba la creación de un partido soberanista y de izquierda para reclamar un Estado catalán.
Por otro lado, la directora de un programa de la televisión autonómico se vio forzada a dimitir en medio de una oleada de críticas tras un capítulo en el que se disparaba contra unas dianas que representaban al Rey Juan Carlos I, al expresidente del Palau de la Música y a un periodista.