“Abrumada y satisfecha”, así se presentó la secretaria general de Inmigración y Emigración del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, Marina del Corral, ante los cientos de personas que se reunieron para celebrar el 150 Aniversario del Casinos Español en México en una cena de gala celebrada en su magnífico Salón de los Reyes.
Al magno evento asistieron también el director de Migraciones, Aurelio Miras Portugal, y el secretario xeral da Emigración de la Xunta de Galicia, Antonio Rodríguez Miranda, quienes fueron recibidos por el presidente de la institución, el emigrante gallego Augusto Rodríguez Piñeiro.
La lista de invitados fue larga: el embajador de España en México, Manuel Alabart; el cónsul general, Miguel Ángel Fernández de Mazarambroz; el embajador de la República de Honduras, José Mariano Castillo; el ministro de la República de Ecuador, Óscar García; el representante del Poder Ejecutivo Federal de México, Francisco Maás Peña; el del Gobierno de la Ciudad de México, Armando López Cárdenas; el canónigo de la Basílica de Guadalupe, Monseñor Eduardo Chávez; Cuauhtémoc Cárdenas, ex Jefe de Gobierno del D.F. y actual coordinador de Asuntos Internacionales del Gobierno del D.F.; Jaro Paz, presidente del Consejo de Residentes Españoles en México; así como diversas personalidades del cuerpo diplomático y del Gobierno mexicano,y reconocidos empresarios y presidentes de los centros españoles.
La secretaria general de Inmigración y Emigración, Marina del Corral, llegó acompañada por el director de Migraciones, Miras Portugal, y compartió su punto de vista acerca de su primera visita oficial a México, tras haber visitado las instalaciones de la Beneficencia Española, destacando la importancia de los dos principales eventos a los que asistió durante su estancia en México: el aniversario del Casino y la entrega de la Medalla de Honor de la Emigración a esta institución, representante de una colectividad “que se ha volcado en la cultura y que siempre han conservado sus lazos con España”; y la entrega de ese mismo galardón a la emigrante gallega Sor Salud, “una mujer que ha trabajado por la cultura, la educación y ha hecho mucho por una gran cantidad de niños aquí en México a través del Colegio Miraflores”.
Una vez que arribó la mayoría de los invitados -todos de etiqueta rigurosa- se llevó a cabo el protocolo de las banderas y los himnos, tras lo cual el presidente del Casino Español señaló que la presencia de los emigrantes españoles en esta tierra ha ofrecido al mundo “un ejemplo de integración siempre viva y vivificante, cuya mejor expresión es la asimilación de identidades y culturas. Testigo de lo anterior ha sido este magnífico recinto que hemos recibido y debemos mantener para el beneplácito de las futuras generaciones”.
El consejero de Empleo y Seguridad Social de la Embajada de España, Carlos Moyano, dio lectura al decreto de concesión de la Medalla de Honor de la Emigración Española al Casino Español de México, Ciudad de México, resaltando que “a lo largo de 150 años ha sido la casa de los españoles abierta a la sociedad mexicana”.
A continuación, Marina del Corral hizo entrega de la Medalla, y se refirió al espléndido trabajo de investigación realizado por Adriana Gutiérrez para elaborar el libro de conmemoración de esta historia. “He podido conocer el papel que el Casino ha desempeñado como factor aglutinador de la colectividad española en México y elemento decisivo en su integración con la sociedad mexicana.” Del Corral resaltó el dato de que en sus inicios se llamase Sociedad Filarmónica Española y la importancia de los conciertos de música clásica que se celebraban allí. Así como la iniciativa de los socios de finales del siglo XIX, de impartir clases de gramática, historia y muchas otras disciplinas a los dependientes de comercios propiedad de los españoles de esa época.
“En estos tiempos en que estamos habituados a oír hablar de las becas Erasmus y de los intercambios de profesores y alumnos en todo el mundo, sorprende saber que en el lejano 1925 el Casino estuvo detrás de la creación del Instituto Hispano-mexicano de Intercambio Universitario que tanto contribuyó al acercamiento intelectual y científico entre ambos países y que hoy continúa”, señaló la funcionaria.
Y recordó que “México es hoy destino preferente de los españoles que salen al exterior, tanto de profesionales como de empresas y también España es destino preferente de profesionales y empresas mexicanas; es cada vez más prioritaria nuestra relación a nivel intelectual, comercial y cultural, y estamos trabajando mucho en estrechar esos lazos no sólo con México sino con toda Iberoamérica…”
Por su parte, Aurelio Miras Portugal hizo un recuento de los grandes personajes que han desfilado por este recinto en distintos momentos de la historia. “Este Casino representa la verdadera encarnación del pueblo español en su alma y en su sangre, no lo digo yo, lo dijo en 1926, el presidente Álvaro Obregón en esta misma sala”. También recordó las palabras del presidente Benito Juárez (1869): “Los hijos de este país, de la raza que fueren miran a los españoles como hermanos, que lo son por sangre, que lo son por civilización, abramos los brazos a los hijos de España…”
Finalmente, el Embajador de España trasmitió las felicitaciones del Rey Don Juan Carlos: “La colectividad española en México ha contribuido históricamente y contribuye cada día a reforzar la amistad entre nuestros dos países”.
Historia
Nació en 1863, cuando el asturiano José Toriello Guerra, decidió impulsar las actividades familiares de los españoles radicados en México, recreando las costumbres de las diferentes regiones de España, en un centro en donde pudiesen reunirse. Durante 40 años, el Casino Español fue el único centro de españoles en México. Gracias a la generosidad de sus fundadores, siempre tuvo unas instalaciones muy dignas. La primera fue el Palacio de los Condes de Calimaya, desde 1960 Museo de la Ciudad de México; después se trasladó al ex Palacio de los Condes de San Mateo de Valparaíso, hoy sede del Banco Nacional de México; después vinieron otras sitios temporales que consolidaron el objetivo de contar con un recinto propio, anhelo que se materializó en 1895 con la compra del predio que había ocupado el Hospital del Espíritu Santo, en la calle del mismo nombre, hoy Isabel la Católica. Poco después inició la construcción del edificio, bajo el diseño y la dirección del arquitecto catalán Emilio González del Campo. Fue inaugurada en 1905.