Mañueco agradece a los participantes de ‘Añoranza’ mantener vivos los valores salmantinos a 10.000 kilómetros de distancia

El alcalde charro recuerda que sin los protagonistas de la emigración nuestra historia estaría incompleta

Mañueco recibe un obsequio de recuerdo de manos de Agustín Moreiro Navais, el más veterano del grupo (81 años), del Centro de Castilla y León en Mar del Plata.
Recepción del alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, en uno de los salones del Ayuntamiento de Salamanca.
Mañueco, con los participantes en el Programa Añoranza en unos de los balcones del Ayuntamiento en la Plaza Mayor.

Así lo destacó el pasado 25 de septiembre el alcalde de Salamanca, Fernández Mañueco, en la recepción que ofreció a los seis participantes de esta edición, todos ellos argentinos, cinco procedentes del Centro de Salamanca en Buenos Aires: María Teresa Iglesias Posse, natural de Salamanca; Francisca Moral Paredero y Juan Antonio Ceballos López, nacidos en Cristóbal de la Sierra; Consuelo Rubio Muñoz (Casas del Conde), y Catalina Simón García (La Alberca), y el sexto del Centro de Castilla y León en Mar del Plata, Agustín Moreiro Navais, nacido en Navasfrías y el más longevo del grupo con 81 años.
Desde 1997 la Operación Añoranza posibilita el regreso y permanencia durante unas semanas en Salamanca de aquellas personas mayores, oriundas de esta tierra que, por diversas circunstancias familiares, sociales y económicas tuvieron que emigrar y no han tenido posibilidad de volver. Esta programa conjunto, que desarrollan Ayuntamiento, Diputación y Junta de Castilla y León, facilita el encuentro familiar de las personas participantes, recuperando parte de su historia personal y de la historia colectiva y fortalece los vínculos entre las comunidades salmantinas dentro y fuera de la provincia.
En esta edición, el programa se desarrolla desde el martes 24 de septiembre hasta el próximo 8 de octubre. Los seis participantes están alojados durante estas fechas en la Hospedería Padre Dehón de los Padres Reparadores y cuentan con un servicio de apoyo y acompañamiento que atiende las necesidades del grupo y ayuda a resolver cualquier incidencia que se produzca. Al margen de las recepciones oficiales, visitas guiadas, actos culturales y lúdicos, el resto del tiempo lo dedican a compartir con sus familiares y allegados.