Álvarez insistió en el enorme esfuerzo económico del Gobierno de España en las infraestructuras catalanas.
“Me iré cuando lo decida el presidente del Gobierno, ni un minuto antes”, aseguró la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, ante las reiteradas peticiones de dimisión realizadas por los portavoces parlamentarios del PP, ERC, CiU e IU. “No voy a salir corriendo ni a esconderme de los problemas”, subrayó.
Álvarez, que compareció a petición propia en la Comisión de Fomento y Vivienda del Congreso de los Diputados el 14 de agosto por la tarde, destacó el importante esfuerzo económico realizado por el Gobierno central en las infraestructuras catalanas, que cifró en 5.100 millones de euros de presupuesto.
Después de asumir su responsabilidad por los graves problemas en el servicio de Cercanías de Renfe en Barcelona, añadió que muchos de esos problemas se debían a factores externos, como averías y la climatología.
“El servicio ferroviario mejorará a partir de mediados de septiembre, cuando esté lista la nueva distribución de vías en la estación de Sants, y en diciembre, cuando los trenes de largo y medio recorrido circulen por las vías de ancho europeo, y se pueda aumentar la frecuencia de los Cercanías. Estas inversiones sólo se ven a medio plazo”, dijo la ministra, quien pidió disculpas a los usuarios de la red ferroviaria en Barcelona. Las obras de Sants, que comenzaron en el 2005, tienen como objetivo separar los servicios de cercanías de los de media y larga distancia.
Además, la ministra manifestó que hay una “disminución de las incidencias imputables directamente al tráfico ferroviario”, en 7,5 puntos durante los últimos ocho años, y un aumento de 31 puntos en las incidencias provocadas por factores externos, como cortes del suministro eléctrico o la climatología, entre otros.
Sobre el aeropuerto del Prat, que en las últimas semanas se ha visto afectado por interminables colas y colapsos que han provocado importantes retrasos en los vuelos, Álvarez dijo que “está perfectamente adaptado al futuro” y que “no sufre graves problemas, y los que padece son menores a los que afectan a otros aeropuertos”.
Las explicaciones de la ministra sólo convencieron al Grupo Socialista, cuyo portavoz, Daniel Fernández, también destacó la importante inversión del Gobierno de Zapatero en Cataluña. El origen del problema reside en el “déficit” inversor en infraestructuras por parte de los Gobierno del PP y de CiU, dijo.
Los portavoces del PP, CiU, ERC e IU, coincidieron en pedir el cese de la ministra, a la que calificaron de “prepotente”, “ineficaz”. “Usted no forma parte de la solución, sino del problema”, le dijo el portavoz popular Jorge Fernández Díaz, quien aseguró que su partido invirtió más que el PSOE cuando gobernaba.
Tampoco el diputado CiU, Jordi Jané, aceptó las cifras dadas por la ministra y calificó su gestión de “caótica”.
El caos energético llega al Parlament catalán
El día anterior a esta comparecencia, los presidentes de Red Eléctrica Española (REE), Luis Atienza, y de Endesa, Manuel Pizarro, acudieron al Parlament catalán para dar cuenta de los recientes problemas en el suministro eléctrico de Barcelona, el más grave de los cuales fue un apagón, el 23 de julio, que tuvo tres días a buena parte de los ciudadanos sin electricidad.
Ninguno quiso asumir responsabilidades por lo ocurrido y optaron por culparse mútuamente por la situación.
Pizarro criticó al sistema eléctrico español, al que se refirió como “el peor”. “No podemos pedir calidad alemana a precios tercermundistas”, dijo.
Atienza, por su parte, descalificó la labor de mantenimiento de la red en Barcelona por parte de Endesa, causando la caída del cable y la pérdida en la red de distribución.